AAA Adán y Jesús ¿realidad y posibilidad de todo hombre?

El pecado es una condición innata al hombre, de la que no se puede sustraer.

Me explico: hay quienes piensan que si a un niño por ej. de padres ateos no se le dice nunca que existe el pecado entonces vivirá tranquilo sin que eso le signifique algo en su condición de vida y por eso nunca necesitará un Salvador.

Eso no es cierto. El pecado es una condición de todo hombre aunque lo sepa o no, aunque sea consciente de ello o no. Y todos y cada uno de los hombres sin importar si pertenecen a otra religión o cultura hoy necesitan a Jesucristo para salvarse y llegar a la vida eterna.
El fue puesto por el Padre como el Salvador de toda la humanidad lo quieran o no, estén de acuerdo o no. Y sólo Jesús, como modelo del nuevo hombre, es el único que puede cambiar la condición de pecado, de Adán, inherente a cada hombre. Eso no es una elección, así nacemos y todos necesitamos de Jesucristo para salvarnos.
Y la misión de la Iglesia desde que Jesús se la impuso es que los hombres de cualquier religión o credo busquen, descubran y se encuentren con Jesús.

Muchas veces lo descrito en la Biblia son imágenes que representan realidades humanas o teológicas, y por lo mismo no se pueden interpretar literalmente como para decir que antes las serpientes hablaban. La serpiente es figura del demonio que tienta proponiéndole el pecado y la rebeliÓn hacia Dios a todo hombre desde el primero hasta el último que ha existido. El pecado de Adán y Eva fue la desobediencia, que está representada en la comida del fruto prohibido. Hoy todos estamos propensos por el pecado original a rebelarnos a Dios desde que nacemos y el resultado es que nos alejamos de El saliendo del Paraíso de su presencia.

Si el pecado de todos los hombres es la desobediencia y la rebelión hacia Dios, representada en Adán y Eva, que somos todos los hombres, lo lógico es que tengamos que reconciliarnos con Dios, es decir que dejemos la rebelión, y eso sólo podemos alcanzarlo en la perfecta obediencia de Jesús al Padre. Jesús todo lo que hizo fue obedecer al Padre. Entonces, si somos Adán y nos rebelamos, tenemos que convertirnos en Jesús en nuestro interior para obedecer a Dios. Y para eso tiene que morir el Adán, que es lo que Dios hizo en la muerte de su hijo en la cruz, para que el Jesús, el hombre obediente, resucite en nosotros con El.

Lo que sucede es que muchos se quedan en el Adán y desechan a Jesucristo.