ANALIZA DIFERENTES TEMAS GENERALMENTE POLÉMICOS DE NUESTRA FE CRISTIANA
PARA MOSTRAR SI TIENEN o NO SUSTENTO BÍBLICO.

"La pregunta principal que nos planteamos hoy es ¿cómo hablar de Dios en nuestro tiempo? ¿Cómo comunicar el Evangelio, para abrir caminos a su verdad salvífica en los corazones de nuestros contemporáneos, a menudo cerrados, y en sus mentes, a veces distraídas por tantos destellos de la sociedad?"... ..."La primera respuesta es que nosotros podemos hablar de Dios porque Dios ha hablado con nosotros. La primera condición del hablar de Dios es, por lo tanto, la escucha de lo que ha dicho el mismo Dios."
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Propuesta de legislación. La libertad de cultos no es una patente de corso para la manipulación de conciencias por supuestos milagros y dones de profecía falsos usados para quitarle el dinero -diezmo- a los miembros de sectas



Antier 25 de agosto observaba por el canal Caracol dos especiales de televisión que me dejaron en verdad impresionado, aunque debo decir que no muy gratamente. En el primero, llamado “Los Informantes”, se entrevistaba a Maria Luisa Piraquive, la famosa pastora y líder de la Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional que aparece en un video pidiendo discriminar a los minusválidos, una multimillonaria multinacional cristiana evangélica quien justificaba su enorme fortuna personal y la de sus familiares cercanos con el tonto argumento de que nunca ha tenido que hacer mercado porque se lo regalan los fieles y que por ello su salario le alcanza para tener lujosas propiedades en varias partes del mundo -Jesús dijo que no deben atesorar pues se debe evangelizar sin alforjas ni dinero ni sandalias de repuesto, Lc 10, 4-. También hacía alarde de los dones de sanación y profecía -entre otros- que dice poseer.

También se informaba, lo que complementamos con lo que obtuvimos de otros medios de comunicación, de las investigaciones por lavado de activos y enriquecimiento ilícito que cursan en su contra y de su partido político, el Mira, en la Fiscalía colombiana y en otros entes de investigación de otros países, algunos de cuyos dirigentes han sido sorprendidos y capturados en operaciones antinarcóticos; de la demanda que en su momento presentó su propio hijo acusándola del envenenamiento de su padre el pastor Luis Moreno -esposo de Maria Luisa y fundador de la Iglesia- y de como ella esperaba que se muriera de repente porque anunciaba públicamente que estaba siempre a su lado para en el momento de su muerte heredar sus dones espirituales -Priscilla Angulo, ex-pastora de ese grupo, manifiesta ese mismo temor por las circunstancias en que sucedieron los hechos cuando Maria Luisa no podía ejercer autoridad ni gobierno en la Iglesia porque su esposo pensaba que las mujeres no debían participar en ella más que como fieles, lo que le causaba envidia y molestia y les da la sospecha de que pudiera estar implicada en su muerte, la que cuando ocurrió no permitió que se le realizara autopsia al cuerpo con la excusa de que iba a ser resucitado -hay otra demanda presentada por la Red de Víctimas de las Sectas por la muerte de Luis Moreno-; de amenazar, perseguir, discriminar y expulsar a su propio hijo Ivan Moreno Piraquive de la iglesia por haberse declarado homosexual -denunció que le quitaron parte de su herencia de forma fraudulenta pues de un dia para otro fue sacado de las Escrituras-; de una grabación de una conversación telefónica de Maria Luisa Piraquive y el entonces concejal Carlos Alberto Baena -hoy Senador por el Mira y el mismo que aparece en un video pidiendo llevar a los fieles de la congregación a inscribirse para votar por ellos días antes de las elecciones- con otro miembro de la iglesia, hablando de una pastora llamada Olga Lucía, de Miami, que está desobedeciendo sus órdenes y defendiendo a Ivan Moreno Piraquive -su hijo al que se le busca expulsar por ser homosexual-, y piden decir de ella que está loca y desquiciada para lograr su deportación de E.E.U.U. y perseguirla económicamente inventándole denuncias y problemas, y hasta quitarle la vivienda que estaba a nombre de otro miembro de la iglesia, en lo que parece ser también un caso de testaferrato. Todo un prontuario de conductas claramente delictivas como lo dice el mismo fiscal entrevistado poco después de conocerse estas denuncias. Y solo en una Congregación.

En el otro programa del mismo canal, “Séptimo Dia”, se denunciaban los cada vez más frecuentes casos de pastores que con el mismo tipo de engaños no solo manipulaban las conciencias sino que abiertamente estafaban a  muchos de sus fieles convenciéndolos de entregar gruesas sumas de dinero -desde 5 hasta 50 millones- con promesas de multiplicárselos por medio de oraciones y ayunos y de supuestas Ong´s internacionales que harían donaciones multimillonarias para ellos, como prometiendo por medio de supuestos abogados tramitar millonarios reclamos ante el Estado por su condición de desplazados. Los responsables, varios pastores -Héctor Garzón, Juan Ávila- y un supuesto abogado presentado por éste último para hacer los trámites, no le dan la cara a sus fieles ni han devuelto, en  la mayoría de los casos, los dineros que con engaños les quitaron. Las congregaciones o iglesias de la que hacían parte, Asambleas de Dios, con sede central en Bogotá y con 1200 sucursales en Colombia, y la Iglesia de Dios Guiada por el Espíritu Santo también con varias sedes a nivel nacional, no responden ni dan razón de los actos de sus pastores. Una estratagema planeada y montada con el único propósito de quitarles el dinero a unos incautos y confiados fieles. También por estos casos hay demandas que cursan en la Fiscalía de Colombia.

También en este programa  de Séptimo Día se entrevistaba a dos ex-miembros de la Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional -la misma de Maria Luisa Piraquive que mencionamos antes-, Priscilla Angulo y Oscar Jahir Bedoya Piraquive -este último sobrino de la misma Maria Luisa y ambos ex-pastores de la Congregación- y de cómo fueron preparados y formados para usar esos supuestos dones -denuncian que son falsos, que nunca se cumplían las profecías de su líder ni que ellos jamás lo tuvieran- para dirigir la conciencia de los feligreses para que así creyeran en la “unción” de la pastora para que les entregara sus bienes o dinero -he aquí el origen de sus fortunas- con promesas de muchas bendiciones, milagros y riqueza para sus vidas que nunca se cumplían -eso no es bíblico pues en ninguna parte de la Biblia Jesús usó ese don de esa manera pues consiste en hablar de parte de Dios, no en estar prometiendo riquezas ni adivinando cosas-. Priscilla había denunciado en otro programa que recibíó un inesperado regalo de María Luisa Piraquive, un carro cero kilómetros -le pidió declarar públicamente que el Señor se lo había prometido en una profecía, sin ser cierto pues fue un regalo sorpresa, y que le había cumplido, una forma de asegurarse de que los fieles crean que es verdad que las profecías se cumplen y así aportan más dinero esperanzados en multiplicarlo. El regalo en realidad era para que Priscilla no denunciara públicamente a su esposo, otro pastor, que la agredió física y sicológicamente durante muchos años, y no se separara de él para evitar que se dieran cuenta los fieles que ellos no cumplían lo que predicaban porque se derrumbaba la iglesia -este tipo de sobornos es lo que permitiría que personas educadas o instruidas defiendan o sigan a las sectas, uno de los argumentos expuestos por sus dirigentes, lo que nada tiene que ver con la fe-. Priscilla terminó separándose y Maria Luisa ordenó su bloqueo económico y puso a sus hijos en su contra comprándolos con regalos y viajes a Europa para obligarla a regresar, según afirmó la misma Priscilla-.

A manera de resumen, veamos en esta imagen como los pastores evangélicos en general manipulan a sus fieles para hacerles creer que son "ungidos" simulando milagros de curaciones, expulsiones de demonios, falsas "cirugias" con las manos, falsos dones de lenguas y les prometen milagros a los fieles si diezman, si les entregan su dinero a los dueños de la congregación:

Para leerla y observarla mejor hacer click en la imagen.

Podríamos mencionar miles de casos más. Hemos tomado solo algunos de ejemplo que muestran un comportamiento -“profecías”, “milagros”, "don de lenguas", "expulsión de demonios"- casi generalizado para la manipulación de conciencias con esos engaños y apropiarse de los dineros de los fieles. Solo basta mirar en los diarios en internet para confirmar que estos casos abundan en casi todos los países de habla hispana y en muchas otras naciones. En los programas mencionados fueron entrevistados algunos legisladores y autoridades de Colombia que manifestaban que la legislación -como en casi todos los países- lo permitía por existir un principio consagrado en la Constitución, el de “libertad de cultos”, por lo que cualquiera puede formar iglesias o religiones con cualquier tipo de creencias y celebrarlo sin ser discriminado, y recaudar de sus miembros dinero.

Es precisamente allí donde me quiero detener. Una cosa es que la legislación permita la libertad de cultos, o sea expresar y celebrar en público cualquier idea que se tenga de Dios y el culto que le deseen dar, y otra cosa muy diferente que el Estado y la ley permitan el recaudo sistemático de dinero mediante la manipulación de las conciencias y las necesidades económicas, emocionales o espirituales de personas incautas con las falsas promesas nunca cumplidas de multiplicar lo que aporten, y bajo la presión indebida y el cultivo cuidadoso de la autoridad espiritual de un pastor o líder que ellos mismos se encargan de divinizar mostrando unos “dones” de “sanación”, “profecía” y “sabiduría” que supuestamente poseen, y los “milagros” que supuestamente realizan, para ganarse la confianza de los fieles y facilitar así el cometer las expropiaciones o delitos mencionados.

Lo primero si se debe permitir, lo segundo no. El tener una creencia cualquiera que sea, y celebrarla y profesarla públicamente sin que afecte a los demás miembros de la sociedad es lícito y es lo que consagra la libertad de cultos. El uso y manipulación indebida de esas creencias con ánimo de lucro personal  o para cometer abiertamente delitos económicos y de otro tipo en contra de sus fieles no puede ser permitido por ningún Estado. Eso sería la consagración del principio según el cual cualquier avivato que quiera hacerse rico se inventa de fachada una doctrina religiosa o cristiana que favorezca el lucro y la manipulación de sus fieles -para eso las crean en realidad-, y con eso tiene la autorización legal para expropiar y manipular a quienes le crean. Ninguna sociedad civilizada puede permitir eso.
Si se pudiera hacer ¿por qué fueron procesados sus directivos y liquidada la pirámide DMG -y muchas otras- que prometía multiplicar por el 30, 50, 70 o 100% lo que sus afiliados le entregaran?. Y DMG siempre cumplía lo prometido.  ¿Si le hubieran puesto una fachada religiosa a la captación masiva de dineros que realizaba no hubiera sido delito su actividad pues hacía lo mismo que hoy hacen muchas de las congregaciones evangélicas sin que nadie se lo impida? Y con el agravante de que en las congregaciones cristianas y de todo tipo que pululan como arroz nunca cumplen tal multiplicación del dinero que les entregan los fieles, y sus dueños o pastores si se apropian de ellos amparados en una errada interpretación de la libertad de cultos. No se puede confundir el derecho legítimo de que cualquiera profese, celebre y forme una religión o iglesia con determinada creencia, con una especie de patente de corso para que sus líderes muchas veces destruyan vidas y desplumen impunemente a los que se unan a ellas con engaños y promesas de beneficios que jamás se cumplen. Por ello urge una legislación que acabe con estos abusos:

Lo primero, crear una Superintendencia para el ramo, con funciones de investigación, recepción de denuncias y sanción de irregularidades -hoy la oficina que existe solo se encarga de aprobar la personería jurídica o creación de iglesias sin ninguna función de vigilancia y control posterior-. La Fiscalía también debe tener un equipo especializado en investigación de las sectas. Solo así se puede proteger a los ciudadanos a tiempo.

Que los aportes y recaudos sean estrictamente voluntarios y se prohíban las promesas de multiplicar lo que se done, de usar la predicación o “profecías”  para presionar el aumento de los aportes -hay videos donde dueños de sectas les enseñan a sus pastores a predicar para sacarles más dinero a los fieles-, o de que el donante recibirá milagros por ello, porque eso es completamente falso y ningún pastor puede garantizarlo y a nadie se le ha cumplido, pero si ha servido para que los pastores se enriquezcan ilícitamente presionando a sus fieles para que se desprendan de su dinero incluso con amenazas de castigos divinos a quienes no lo hagan. Nunca Jesús en la Biblia prometió bienes materiales a quienes le obedecieran o aportaran dineros a la Iglesia, ni castigos para quienes no los hagan.

Prohibir también los shows en público de supuestos milagros de curaciones -que sirven de base para el engaño pues busca hacer creer que el pastor o pastora es ungido(a) y puede producir ese tipo de hechos- salvo que en cada caso haya una comprobación científica -ante un equipo multidisciplinario que se conforme- de la existencia previa en el supuesto sanado de una enfermedad que no podía curar la Ciencia -lo que prueba que haya existido un milagro es que sólo por medios sobrenaturales inalcanzables para el hombre haya podido ser sanada una enfermedad, pues cualquiera puede ser sanado por un tratamiento médico convencional y eso no es un milagro, pero si son usados esos casos que no tienen nada de milagrosos para engañar a los fieles haciéndolos pasar como milagros-, documentada por exámenes de diagnóstico de reconocido valor científico, con la posterior demostración por los mismos medios de diagnóstico de que ya no existe la enfermedad en el paciente, certificadas por médicos autorizados y de reconocida probidad. Y sólo los casos que cumplan con esos requisitos puedan ser presentados como milagrosos ante sus fieles.
También se deben hacer pruebas de aptitud a todos los pastores que practiquen ese tipo de actos y digan poseer dones de sanación y profecía, y a los que soliciten la creación de nuevas iglesias o sucursales en los que los practicarán, en hospitales con enfermos terminales e incurables reales escogidos por el ente de vigilancia y control, para que demuestren que tienen realmente ese poder sanador -Jesucristo sanaba a creyentes y no creyentes en Él y en cualquier parte, así que el decir que solo pueden suceder con los que son miembros de la iglesia no puede ser una excusa válida-, para poder continuar o realizar ese tipo de actos.  Nadie puede decir que es descabellado realizar tales pruebas de aptitud porque si alguien desea ejercer la medicina o la ingeniería o cualquier profesión en Colombia debe demostrar  con la aprobación de unos estudios, que tiene la capacidad para ello. Lo mismo deben demostrarlo los pastores  que dicen poder realizar milagros en el nombre de Dios, que no son simples engaños y manipulaciones de la ingenuidad de sus fieles para quitarles su dinero prometiéndoles que van a recibir milagros y beneficios a cambio.

Que se prohíba el activismo o proselitismo político y la fundación o apoyo de partidos políticos en las iglesias, los que son usados para cometer delitos como el constreñimiento de la libre voluntad de sus fieles como electores obligándolos a votar por los pastores o por los partidos que ellos apoyen -y a trabajar gratuitamente y financiar sus actividades políticas como ha sido denunciado en el Mira- bajo amenazas de castigos divinos a quienes no lo hagan. En la Biblia jamás la Iglesia formó ni apoyó partido político alguno pues la misión a la que la envió Jesús hace dos mil años cuando la formó era exclusivamente evangelizar, Mc 16, 15-16, durante todas las épocas “hasta el fin del mundo”, Mt 28, 20, por lo que es falso que Dios pueda inspirar formar partidos políticos o cosas semejantes como lo justifican pastores como Maria Luisa Piraquive. Lo que se busca con tales partidos y actividades es aumentar la influencia, la riqueza y el poder de los pastores, y quizás con ello alcanzar algo de impunidad para sus actividades y las de la congregación, no el trabajar en verdad por la salvación y dignidad de los más débiles y necesitados como muchas veces dicen.

Esperemos que el Legislativo, dada la creciente participación de iglesias y pastores evangélicos en alianzas con partidos políticos que desde hace muchos años se viene presentando -algo denunciado en muchos medios-, y que les reporta a muchos de los candidatos a legisladores y gobernantes  muchos votos cautivos, tenga aún un número suficiente  de miembros con la independencia y fuerza de carácter necesaria para pensar primero en los intereses de los ciudadanos de a pie y no en los propios ni en los de personas inescrupulosas que abusan de la inocencia o ignorancia en materia de fe y religión de muchos ciudadanos. Es su deber constitucional hacerlo. De lo contrario, de no tomar medidas, el Estado y ellos mismos están propiciando y siendo cómplices de múltiples delitos económicos -y otros con secuelas graves de tipo familiar, mental y emocional del que son víctimas muchas veces sus adeptos-  que cada día se cometen en estos grupos, con el engaño de falsos dones de sus dirigentes o pastores. Que la Patria y Dios os lo premien o que Dios y el pueblo os lo demanden.

Como fundamento bíblico de lo que hemos dicho debemos mencionar además que el diezmo no es una doctrina cristiana pues solo se pagaba en el Antiguo Testamento, en especie, Lv 27, 30-33; Nm 18, 27, y cada tres años. Ni siquiera era entregado a los sacerdotes o dirigentes sino que se ponía en silos o sitios públicos donde iban todos a comer, Dt 14, 28. Y nunca fue usado para enriquecerse sus sacerdotes o levitas sino para que se les garantizara un mínimo de subsistencia -comida y vestido- sin atesorar nada propio, Num 18, 21-32; Dt 12, 17-19; 22, 29; 14, 27, lo que es contrario a las inmensas fortunas que amasan los pastores evangélicos -los sacerdotes católicos no tienen ni atesoran nada propio pues hacen votos de pobreza al ordenarse-. Y para que los más pobres de la sociedad, los que no tenían medios de producción o subsistencia propios como viudas y huérfanos, fueran auxiliados, Dt 12, 17-19; 14, 25-29; 26, 11-13.

Aunque los judíos los seguían pagando en tiempos de Cristo y lo siguen pagando hasta hoy por ser su religión, no es una doctrina cristiana pues Él nunca pidió pagarlo. Cuando Jesús dijo que la semilla debe dar frutos del ciento, o del sesenta o del treinta, Mt 13, 3-9, no se refería a que debemos dar dinero a la iglesia para que nos sea multiplicado por 100 o por 60 o por 30 sino a que debemos acoger la semilla de la Palabra en nosotros para que demos frutos de fe, para que nos convirtamos, porque al creer y acogerla produce los bienes espirituales interiores que nos llevarán a experimentar la vida eterna -no son visibles esos dones por medio de supuestos milagros que nos realizará Dios o un pastor, ni de dinero y beneficios materiales que nos llegarán-, lo que constataremos al manifestársenos de forma visible el Espíritu Santo prometido, Jn 16, 13, como en Pentecostés lo vivieron los Apóstoles, Hch 2, 1ss.  
Lo que aportemos en dinero a cualquier persona o a la Iglesia va en beneficio de nuestra conversión interior personal, no de nuestro bienestar material. Jesús dijo que buscáramos primero el Reino de Dios y que todo lo demás, lo que necesitamos para vivir -no prometió hacernos ricos- vendrá por añadidura, Lc 12, 22. No dijo nunca que diéramos dinero a la iglesia para que Él nos lo multiplicara por 100 o por 60 o por el 30%. Los aportes a la Iglesia deben ser voluntarios y de acuerdo a las posibilidades y deseos libres de cada fiel como lo practicaron los apóstoles, sin ofrecer a cambio milagros o beneficios económicos de ningún tipo.