ANALIZA DIFERENTES TEMAS GENERALMENTE POLÉMICOS DE NUESTRA FE CRISTIANA
PARA MOSTRAR SI TIENEN o NO SUSTENTO BÍBLICO.

"La pregunta principal que nos planteamos hoy es ¿cómo hablar de Dios en nuestro tiempo? ¿Cómo comunicar el Evangelio, para abrir caminos a su verdad salvífica en los corazones de nuestros contemporáneos, a menudo cerrados, y en sus mentes, a veces distraídas por tantos destellos de la sociedad?"... ..."La primera respuesta es que nosotros podemos hablar de Dios porque Dios ha hablado con nosotros. La primera condición del hablar de Dios es, por lo tanto, la escucha de lo que ha dicho el mismo Dios."
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AAA Que es la verdadera idolatría y como salir de ella


Leamos el siguiente texto:

"Os tomaré de entre las naciones, os recogeré de todos los países y os llevaré a vuestro suelo (la Tierra Prometida es figura de la vida en la presencia de Cristo).



"Os rociaré con agua pura y quedaréis purificados; de todas vuestras impurezas y de todas vuestras basuras os purificaré" 

la idolatría es vivir esclavo de nuestros pecados que son verdaderos "ídolos" porque son dioses falsos a los que adoramos, el placer, el dinero, la murmuración, etc. como dice Pablo: "por tanto, mortificad vuestros miembros terrenos: fornicación, impurezas, pasiones, malos deseos y la codicia, que es una idolatría", Col 3, 5. Como vemos, no se refiere exactamente a "imágenes".
"Y os daré un corazón nuevo, infundiré en vosotros un Espíritu nuevo, quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne".



"Infundiré mi Espíritu en vosotros y haré que os conduzcáis según mis preceptos y observéis y practiquéis mis normas."


Habitaréis la tierra que yo di a vuestros padres. Vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios". (Ez 36, 24-28)

Esto que citamos se comenzó a cumplir desde Pentecostés, y se cumple en cada creyente cuando VIVE LA EXPERIENCIA REAL de recibir el Bautismo en Espíritu (Hch 1, 5) cuando recibimos el Espíritu Santo como los Apóstoles lo recibieron en Pentecostés, VISIBLEMENTE (Hch 10, 54; 19, 6) ...

Esta cita no quiere decir que al bautizarnos en un Rito ya lo vivimos en plenitud porque es diferente el Rito del Bautismo, que lo debemos recibir al iniciar nuestro camino de fe en la Iglesia (Hch 2, 38), al Bautismo en Espíritu que lo vivimos cuando ese Espíritu de Cristo se nos manifiesta (Hch 2, 1; 10,54; 19, 6) y nos hace semejantes a El (Gal 2, 20; Rom 8, 29)...

Solo al vivirlo como experiencia real quedamos limpios y purificados de la idolatría porque es el Agua viva del Espíritu la que nos limpia de nuestras inmundicias, solo en ese momento salimos de la idolatría porque ya JESÚS habita en nosotros y nos hacemos esclavos de El y quedamos libres de la esclavitud del pecado porque Jesús no los tuvo. Sólo Jesús puede adorar en Espíritu y Verdad a Dios y sólo llegando nosotros a ser iguales a El lo alcanzamos. 

La idolatría entonces es no ser como Jesús en nuestro interior, porque adoramos al ídolo o dios falso que hemos construido dentro de nosotros siguiendo nuestra voluntad y proyectos y no los de Cristo, porque seguimos y adoramos nuestra propia imagen, nuestro ego, y no a Cristo.

Por ello dice el texto: "Infundiré mi Espíritu en vosotros y haré que os conduzcáis según mis preceptos y observéis y practiquéis mis normas", que es el objetivo de la fe, seguir lo que el Espíritu diga que es lo que hizo Cristo, que es vivir en Cristo, seguir solo a Cristo, ser como El después de recibir el mismo Espíritu que El recibió en su Bautismo (Rom 8, 29). 


Como vemos, en realidad la idolatría no tiene nada que ver con las imágenes católicas porque la idolatría relacionada con las imágenes es adorar dioses falsos: "no tendrás otros dioses delante de mi" (Ex 20, 3). Y esa idolatría exterior de las imágenes en el AT es figura de los dioses que tenemos o ponemos delante de Cristo en nuestro interior que nos hacen mostrar en nosotros la imagen de nuestros pecados, del anticristo, y no la de Cristo que es la que debemos reproducir (Rom 8, 29). Y de todas formas las imágenes católicas no son de dioses falsos sino del Dios verdadero y de sus hijos  a los que debemos recordar y poner de ejemplo a los fieles para que sean imitados como lo pidió Pablo en Hb 13, 7, porque de esa forma imitamos a Cristo (1Cor 11, 1).


"No quiero que ignoréis, hermanos, que nuestros padres estuvieron todos bajo la nube y todos atravesaron el mar;  y todos fueron bautizados en Moisés, por la nube y el mar; y todos comieron el mismo alimento espiritual (el maná); y todos bebieron la misma bebida espiritual, pues bebían de la roca espiritual que les seguía; y la roca era Cristo.". Pero la mayoría de ellos no fueron del agrado de Dios, pues sus cuerpos quedaron tendidos en el desierto." 


En el versículo 6 dice que  "Estas cosas sucedieron en figura para nosotros". 
Como vemos, el paso del Mar Rojo y la Nube que es la presencia de Dios lo considera Pablo un Bautismo, por lo que es una prefiguración del Sacramento nuestro, no del Rito solamente, sino del Bautismo en Espíritu que nos da la plenitud de la presencia de Cristo en nosotros. 
De la misma manera está considerando que el maná, el pan bajado del Cielo que comían cada día, y el agua de la roca que bebían, son el alimento espiritual que prefigura la Eucaristía. Por ello dice que "todos comieron del mismo alimento espiritual; y todos bebieron la misma bebida espiritual, pues bebían de la roca espiritual que les seguía, y la roca "era Cristo".
Pero dice Pablo que a pesar de ese alimento que recibían de Dios muchos se rebelaron contra El siguiendo sus propios impulsos y deseos:  "Pero la mayoría de ellos no fueron del agrado de Dios, pues sus cuerpos quedaron tendidos en el desierto." Y nos hace la advertencia de que "no codiciemos lo malo como ellos lo codiciaron".
Y por ello les dice: "No os hagáis idólatras al igual de algunos de ellos, como dice la Escritura: «Sentóse el pueblo a comer y a beber y se levantó a divertirse.» Ni forniquemos como algunos de ellos fornicaron y cayeron muertos 23.000 en un solo día. Ni tentemos al Señor como algunos de ellos le tentaron y perecieron víctimas de las serpientes. Ni murmuréis como algunos de ellos murmuraron y perecieron bajo el Exterminador. Todo esto les acontecía en figura, y fue escrito para aviso de los que hemos llegado a la plenitud de los tiempos. Así pues, el que crea estar en pie, mire no caiga. No habéis sufrido tentación superior a la medida humana. Y fiel es Dios que no permitirá seáis tentados sobre vuestras fuerzas. Antes bien, con la tentación os dará modo de poderla resistir con éxito. Por eso, queridos, huid de la idolatría."
Como vemos claramente en estos textos, la idolatría no tiene nada que ver con imágenes o figuras externas, sino con reproducir o mostrar en nosotros, en nuestro cuerpo, una imagen diferente a la de Cristo, la de nuestros pecados, al ser murmuradores, buscar solo nuestro placer, ser fornicadores viviendo una espiritualidad interior que no es la que viene de Dios, que son nuestros verdaderos ídolos. 
Por ello dijo Pablo que el Señor nos ha predestinado a reproducir en nosotros la imagen de Cristo, para que El sea el primogénito entre muchos hermanos, que somos nosotros al convertirnos a El, Rom 8, 29, que es la forma en que somos justificados y glorificados por Dios (30) y salimos de la idolatría porque dejamos de transmitir una imagen que no era la suya.



En ésta imagen o cuadro podemos ver resumido cómo llegamos a ser iguales a Cristo (en caso de necesitar verla en formato mas grande hacer click en la imagen) : 




Pablo muestra en los versículos siguientes cómo salir de esa idolatría de nuestros pecados para llegar a ser como Cristo:

"Os hablo como a prudentes. Juzgad vosotros lo que digo. La copa de bendición que bendecimos ¿no es acaso comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo? Porque aun siendo muchos, un solo pan y un solo cuerpo somos, pues todos participamos de un solo pan.".

En otras palabras, nos dice que con la Eucaristía llegamos a hacemos uno con Cristo, a tener plena comunión con El  porque ese Pan y ese Vino, como dijo Pablo del maná y del agua, son el alimento espiritual que proviene de la roca que es Cristo, y al comerlo y beberla continuamente como los israelitas lo hicieron con el maná y el agua de la roca nos hacemos fuertes contra nuestros pecados, nos purificamos "de nuestras inmundicias" hasta llegar a ser como El y así salimos de la idolatría y llegamos a ser parte del mismo cuerpo de Cristo que es su Iglesia, porque ya somos como El. Es la única manera de salir de la idolatría. 


Por ello Pablo compara el vivir complaciéndonos en nuestros pecados con lo inmolado o sacrificado a los ídolos y que eso es sacrificar a los demonios que son los que nos inspiran nuestros pecados: 

"¿Qué digo, pues? ¿Que lo inmolado a los ídolos es algo? ¿O que los ídolos son algo? Pero si lo que inmolan los gentiles, ¡lo inmolan a los demonios y no a Dios! Y yo no quiero que entréis en comunion con los demonios."

Y por ello dice que no se puede vivir complaciéndonos en el pecado y al mismo tiempo buscar ser de Cristo al comulgar: 

"No podéis beber de la copa del Señor y de la copa de los demonios. No podéis participar de la mesa del Señor y de la mesa de los demonios." 

Porque eso en la práctica provoca los celos del Señor por ser idolatría a dioses falsos: 

"¿O es que queremos provocar los celos del Señor? ¿Somos acaso más fuertes que él? «Todo es lícito», mas no todo es conveniente. «Todo es lícito», mas no todo edifica." 

Que es de lo que habló Dios en Dt 4, 24; 5, 9; Ex 20, 5; y 34, 14 : 


"No te postrarás ante ningún otro dios, pues Yahveh se llama Celoso, es un Dios celoso",


lo que demuestra bíblicamente que la prohibición de adorar imágenes de dioses falsos en el AT es figura en el NT de no adorar dioses falsos dentro de nosotros, lo que ya no tiene nada que ver con adorar imágenes físicas de dioses falsos (lo que nunca hemos hecho los católicos) sino con adorar nuestros pecados, nuestro ego, nuestro yo, nuestros razonamientos humanos, porque viviendo así adoramos dioses falsos y no adoramos a Cristo por no seguir sus mandamientos y razonamientos divinos y no reproducir su imagen en nosotros. 


Por ello el ser como Cristo nos hace ciudadanos del Cielo, miembros de la Nueva Jerusalén, la Ciudad Santa de Dios, su Iglesia única:


"Y vi la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, engalanada como una novia ataviada para su esposo. Y oí una fuerte voz que decía desde el trono: «Esta es la morada de Dios con los hombres. Pondrá su morada entre ellos y ellos serán su pueblo y él Dios -con- ellos, será su Dios. Y enjugará toda lágrima de sus ojos, y no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos ni fatigas, porque el mundo viejo ha pasado.» Entonces dijo el que está sentado en el trono: «Mira que hago un mundo nuevo.» Y añadió: «Escribe: Estas son palabras ciertas y verdaderas.» Me dijo también: «Hecho está: yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin; al que tenga sed, yo le daré del manantial del agua de la vida gratis. Esta será la herencia del vencedor: yo seré Dios para él, y él será hijo para mi." (Ap 21, 1-7)


Y por ello dice que los que se queden en la idolatría de si mismos complaciéndose en sus pecados, en su falsedad interior (solo Cristo es la verdad), no entrarán en ella:


"Pero los cobardes, los incrédulos, los abominables, los asesinos, los impuros, los hechiceros, los idólatras y todos los embusteros (los que no viven en la verdad que es Cristo) tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre: que es la muerte segunda" (8)


Que es a lo mismo que se refiere Pablo cuando dice a Timoteo, uno de sus discípulos y miembro de su misma Iglesia única:


"Ten presente que en los últimos días sobrevendrán momentos difíciles; los hombres serán egoístas, avaros, fanfarrones, soberbios, difamadores, rebeldes a los padres, ingratos, irreligiosos (renegarán de la Religión de Dios) desnaturalizados, implacables, calumniadores, disolutos, despiadados, enemigos del bien, traidores, temerarios, infatuados, más amantes de los placeres que de Dios, que tendrán la apariencia de piedad, pero desmentirán su eficacia. Guárdate también de ellos. A éstos pertenecen esos que se introducen en las casas y conquistan a mujerzuelas cargadas de pecados y agitadas por toda clase de pasiones, que siempre están aprendiendo y no son capaces de llegar al pleno conocimiento de la verdad. Del mismo modo que Jannés y Jambrés se enfrentaron a Moisés, así también estos se oponen a la verdad; son hombres de mente corrompida, descalificados en la fe. Pero no progresarán más, porque su insensatez quedará patente a todos, como sucedió con la de aquéllos".(2Tim 3, 1ss).


Lo que dice Pablo que contrasta con la actitud del mismo Timoteo que siempre siguió las enseñanzas  de Pablo y de los demás dirigentes de su misma Iglesia, la única formada por Jésus hace dos mil años la única vez que vino:


"Tú, en cambio, me has seguido asiduamente en mis enseñanzas, conducta, planes, fe, paciencia, caridad, constancia, en mis persecuciones y sufrimientos, como los que soporté en Antioquía, en Iconio, en Listra. ¡Qué persecuciones hube de sufrir! Y de todas me libró el Señor. Y todos los que quieran vivir piadosamente en Cristo Jesús, sufrirán persecuciones. En cambio los malos y embaucadores irán de mal en peor, serán seductores y a la vez seducidos. Tú, en cambio, persevera en lo que aprendiste y en lo que creíste, teniendo presente de quiénes lo aprendiste (de los dirigentes de su misma Iglesia única como Pablo), y que desde niño conoces las Sagradas Letras, que pueden darte la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús (que ha recibido Timoteo de la Iglesia Católica). Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para argüir, para corregir y para educar en la justicia; así el hombre de Dios se encuentra perfecto y preparado para toda obra buena." (como lo ha alcanzado Timoteo siendo discípulo de Pablo y demás dirigentes en su misma y única Iglesia)"


Como vemos, solo en la Iglesia Católica podemos salir de la verdadera idolatría.



Es necesario dejar claro que no solo por dejar de hacer algo malo exteriormente como el no murmurar de los demás, el no fornicar o el no tomar nunca bebidas alcohólicas ya somos salvos o ya somos como Cristo. No es así. Eso es solo un principio hasta que vivamos la experiencia real  de recibir su Espíritu visiblemente como en Pentecostés que es lo que nos hace semejantes o iguales a Cristo.

Por ello la verdadera fe en Cristo no puede ser solo racional o sentimental aprendiendo datos de Jesus solo de la Biblia, o por solo experimentar un cambio exterior de comportamientos, sino que debe ser una experiencia interior dejándonos transformar poco a poco en alguien igual a Cristo, al creer poco a poco a la predicación de su Iglesia única y recibir sus Sacramentos, hasta vivir la experiencia real de recibir visiblemente su Espíritu, el agua viva, que nos limpia definitivamente de nuestros pecados sacándonos de la idolatría y haciéndonos unas nuevas criaturas, nacidos de nuevo. 
Para ser "nacidos de nuevo" tenemos que tener en nosotros, porque lo vivimos como experiencia real al ver que nos llega, un nuevo Espíritu, el de Dios. Nadie ha nacido "de nuevo" teniendo "lo mismo" con lo que llegamos a la vida natural, sino teniendo algo diferente que nos lo proporciona Dios, su Espíritu, y dejarnos guiar por El, el que no nos llega solo por leer la Biblia porque nos lo transmite la Iglesia, porque Ella lo recibió desde Pentecostés. Nadie puede transmitir lo que antes no ha recibido, por lo que fuera de la Iglesia Católica es imposible llegar a vivir esa experiencia real.

Por todo ello, quien se retira de la Iglesia Católica lo único que ha logrado y logra es interrumpir lo que ya lleva de camino recorrido para llegar a experimentar este Bautismo en Espíritu que son las arras de la salvación, el salir de la idolatría, lo que nos confirma el tener la vida eterna en el mas allá cuando muramos porque ya la experimentamos como experiencia real desde nuestra vida de creyentes acá en la Tierra.