ANALIZA DIFERENTES TEMAS GENERALMENTE POLÉMICOS DE NUESTRA FE CRISTIANA
PARA MOSTRAR SI TIENEN o NO SUSTENTO BÍBLICO.

"La pregunta principal que nos planteamos hoy es ¿cómo hablar de Dios en nuestro tiempo? ¿Cómo comunicar el Evangelio, para abrir caminos a su verdad salvífica en los corazones de nuestros contemporáneos, a menudo cerrados, y en sus mentes, a veces distraídas por tantos destellos de la sociedad?"... ..."La primera respuesta es que nosotros podemos hablar de Dios porque Dios ha hablado con nosotros. La primera condición del hablar de Dios es, por lo tanto, la escucha de lo que ha dicho el mismo Dios."
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AAA ¿Jesús puede darme hoy la salvación que dio al buen ladrón en la Cruz? ¿Cómo estamos en una situación equivalente hoy? Hoy estarás conmigo en el Paraíso



Dice el Evangelio de Lucas en el capítulo 23, 39-43:

"Uno de los malhechores que estaban crucificados con Jesús lo insultaba: «¿No eres tú el Mesías? ¡Sálvate a ti mismo y también a nosotros.»

Pero el otro lo reprendió diciendo:
«¿No temes a Dios tú, que estás en el mismo suplicio? Nosotros lo hemos merecido y pagamos por lo que hemos hecho, pero éste no ha hecho nada malo.»

Y añadió: «Jesús, acuérdate de mí cuando entres en tu Reino.»

Jesús le respondió: «En verdad te digo que hoy mismo estarás conmigo en el paraíso.»

Siempre se trae a cuento, por parte de algunos grupos por fuera de la Iglesia, este episodio de Jesús en la Cruz que le concede la salvación al buen ladrón, el que nunca fue miembro de la Iglesia, y por ello concluyen diciendo que no se necesita a ninguna Iglesia para obtenerla, por lo que simplemente con pedirla, aunque estemos fuera de ella, ya nos es concedida.

Respecto a eso nos gustaría aclarar algunas cosas:

Para que a alguien hoy le sea concedida una salvación así, se debe vivir una experiencia equivalente, igual a como la tuvo el buen ladrón.

1. Se debe estar física y personalmente ante Jesús.

Si yo me paro en una calle o en mi casa con una Biblia y le pido a Jesús a voz en cuello que me salve, no estoy viviendo la misma realidad que el buen ladrón vivió, pues la petición la estoy haciendo al aire, no ante la persona de Jesús.

Hay muchos cristianos que asumen que Jesús está en el aire seguramente porque Hechos cuenta que en su Ascención para arriba se fue y muchos asumen que en algún lado de nuestra atmósfera debe estar, pero Jesús no está en el aire.

La Fe no es magia, ni es una superstición, ni se recibe por una especie de sortilegio que yo hago o pronuncio solo o al aire o leyendo la Biblia porque creo que Jesús está en el aire o en el Libro, y desde allí actúa para salvarme y concederme lo que le pida.

Si Jesús dijo que El iba a estar en su única Iglesia apostólica "todos los días hasta el fin del mundo" Mt 28, 20, lo que se cumplió realmente desde Pentecostés (ello comprueba que no se quedó en el aire, Hech 2, 1ss), por lo que ya estamos seguros de que está encarnado sacramentalmente en los obispos, sacerdotes y fieles de esa misma Iglesia Apostólica fundada hace 2000 años (recibir la manifestación visible del Espíritu es participar del mismo sacerdocio de Cristo, es hacerse uno con Jesús "EN LA CRUZ", por lo que solo ante quien la ha vivido estaríamos ante Jesús, en esa misma situación del buen ladrón en todos los aspectos), ello quiere decir que solo podemos vivir esa misma experiencia del buen ladrón si nos encontramos ante la presencia de un Sacerdote u Obispo de la Iglesia Católica, que es quien encarna a Jesús hoy para nosotros.

La Biblia muestra que Jesús solo está en personas concretas, en los miembros de su única Iglesia, y es solo a través de Ella que lo tenemos ante nosotros: "el que a ustedes escucha, a mi me escucha, el que a ustedes recibe a mi me recibe, el que a ustedes rechaza a mi me rechaza y rechaza al Padre que me envió", Lc 10, 13-16.

2. Debo estar ante la premura de la muerte, lo que no deja de ser una situación "desesperada" o poco usual, de urgencia extrema, digamos, por los pocos momentos que le quedan de vida al protagonista.

Ello quiere decir que si no estamos ante una situación tan extrema como la del buen ladrón, que no podía ir a ninguna parte porque su único camino posible era la muerte en esa cruz, Jesús no nos diría ante nuestra petición que hoy mismo estaríamos en el paraíso, que fue lo que a él le dijo en esas precisas circunstancias, sino que nos daría otra alternativa, como lo hizo en otros casos con otras personas que no estaban en esa situación tan extrema.

Nos enviaría a la Iglesia, como a Pablo, a que uno de sus miembros como Ananías, que ya estaba convertido pues seguía directamente sus mandamientos, a que nos impusiera las manos para que quedemos llenos del Espíritu Santo que nos haga recuperar la vista, signo tangible y real de que la salvación llegó a él (Hch 9,10, 18).

O nos enviaría a la Iglesia a vivir la misma experiencia del ciego de nacimiento que fue enviado a bañarse en la piscina de Siloé (figura de la Iglesia) después de untarnos los ojos de barro y saliva (en la Iglesia se dan las dos condiciones, la terrenal de seres humanos al tiempo con la presencia de Jesús en ella, en la que somos untados del mismo barro con que untó al ciego), para que recobremos la vista, signo de la salvación interior que el ciego ha recibido (Jn 9, 1ss).

Aunque Jesús es autónomo para conceder la salvación en la forma que El decida, nos ha mostrado en hechos anteriores de que forma El la concede. Ello quiere decir que si no estamos ante la urgencia de la muerte y podemos desplazarnos con libertad para recibir la salvación por los "conductos regulares", Jesús nos enviaría a la Iglesia para en ella concedernos la salvación solicitada.

3. Debemos tener y expresar el mismo arrepentimiento del buen ladrón y pedirle a Jesús a través del sacerdote que a pesar de nuestros pecados nos conceda, por el Sacramento de la Confesión y ante nuestra pronta muerte, estar en su Reino, en el Cielo, lo que recibimos por la absolución sacramental. De hecho el Sacramento de la Extrema Unción conlleva el perdón de los pecados de quien la recibe, en caso de que la persona no esté consciente para confesarse directamente. Si morimos fuera de la Iglesia sin llamar a un sacerdote para que nos administre los sacramentos, no podemos tener ese beneficio pues no estaríamos ante Jesús en persona. En últimas, en el fondo de las palabras de Jesús, al decirle que hoy mismo estará en el Paraíso le está diciendo ante su arrepentimiento y el reconocerlo como el Mesías, que le ha perdonado sus pecados y le ha concedido la salvación.

4. No es cierto que el buen ladrón no fuera "bautizado" por Jesús. No fue bautizado en el Rito, pero si por las palabras dichas por Jesús. Me explico: se nota en sus comentarios que ya conocía al Señor y lo había escuchado predicar pues conoce "que este no ha hecho nada para vivir la muerte en la Cruz" y por eso le pide que al estar en su Reino lo recuerde, lo que muestra que si le había escuchado decir ser el rey de los judíos y le creyó.

Y la predicación de Jesús, por haber sido hecha después de la manifestación visible del Espíritu que recibió en su bautismo, es la que bautiza en Espíritu: "Viene otro detrás de mí que bautizará en Agua y en Espíritu", Mt 3, 11.

Y ESO FUE LO QUE ORDENÓ A SUS APÓSTOLES: "Id y ANUNCIAD EL EVANGELIO a todas las naciones, EL QUE CREA y SEA BAUTIZADO, SE SALVARÁ, EL QUE NO CREA SE CONDENARÁ", Jn 10, 16.

El buen ladrón SI FUE BAUTIZADO POR LA PREDICACIÓN DEL SEÑOR, QUE ES LA ÚNICA QUE BAUTIZA. Y ESA ES LA MISMA PREDICACIÓN DE LA IGLESIA QUE RECIBIÓ y RECIBE SU MANIFESTACIÓN VISIBLE PARA BAUTIZAR EN ESPÍRITU DESDE PENTECOSTÉS.
Ver http://lasverdadesreveladasenlabiblia.blogspot.com/2010/06/cual-es-el-bautismo-en-agua-y-cual-en.html

Solo cumpliendo estas condiciones podemos estar en una situación parecida a la del buen ladrón y solo de la manera descrita podemos experimentar HOY una salvación como la que a El le fue concedida.

Para leer acerca de la única Iglesia revelada en el Nuevo Testamento, leer por favor el artículo de este link