ANALIZA DIFERENTES TEMAS GENERALMENTE POLÉMICOS DE NUESTRA FE CRISTIANA
PARA MOSTRAR SI TIENEN o NO SUSTENTO BÍBLICO.

"La pregunta principal que nos planteamos hoy es ¿cómo hablar de Dios en nuestro tiempo? ¿Cómo comunicar el Evangelio, para abrir caminos a su verdad salvífica en los corazones de nuestros contemporáneos, a menudo cerrados, y en sus mentes, a veces distraídas por tantos destellos de la sociedad?"... ..."La primera respuesta es que nosotros podemos hablar de Dios porque Dios ha hablado con nosotros. La primera condición del hablar de Dios es, por lo tanto, la escucha de lo que ha dicho el mismo Dios."
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AAA ¿Jesús es física y espiritualmente Pan o su Palabra es el único alimento espiritual? "Yo soy el pan vivo bajado del Cielo", Jn 6:51; "El Espíritu es el que da vida. La carne en nada aprovecha", Jn 6:63. "El que coma mi Carne y beba mi Sangre tendrá vida eterna", Jn 6:54


Los hermanos evangélicos muchas veces dicen que si Jesus dijo "El espíritu es el que da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida.”, Jn 6, 63,
eso significa entonces que cuando Jesus dijo que El era el Pan de vida y que el Pan era su Cuerpo y el Vino su Sangre no se debía entender eso literalmente sino solo en sentido espiritual porque según ellos la carne de Cristo, a la que según ellos se refiere ese texto, no serviría para nada, sino que solo sirve su Palabra, la que según ellos sería la Biblia.
Veamos el texto completo a ver si es cierto:
Jesús dice a sus discípulos desde los versículos anteriores:
“Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera”, 50.
Nótese que aquí Jesús está haciendo un paralelo entre el maná que si lo comieron los antepasados, con El mismo, por lo que ya eso sugiere que si deben comerlo literalmente para no morir.
La diferencia entre Jesús y el maná no consiste en que este si lo comían y a Jesús no tendrán que comerlo, sino en que con el maná si murieron aunque lo comían, y al comer el cuerpo de Jesús no moriremos, que fue lo que dijo en el versículo 68.
“Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y EL PAN QUE YO LE VOY A DAR, ES MI CARNE por la vida del mundo.», 51.
Habla Jesús de que va a dar UN PAN QUE ES SU CARNE, un pan que dice que se debe comer,  para que el mundo comiendo ese pan coma su carne contenida en el y tenga vida eterna, no muera.

Como vemos, si hay que comer físicamente a Jesús en el Pan para no morir.
“Discutían entre sí los judíos y decían: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?»”, 52.
Los judíos no creen que se pueda comer su carne porque lo están viendo como humano, porque están interpretando literalmente las palabras de Jesús por estar bajo la ley, por no tener el Espíritu, y no oyeron o no entendieron que dijo que su carne la iba a dar a través de un Pan, no literalmente la carne del cuerpo que veían.
“Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día.”, 53-54.
Porque mi carne es “VERDADERA COMIDA” y mi sangre “VERDADERA BEBIDA”, 55.
“El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí. Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron vuestros padres, y murieron; el que coma este pan vivirá para siempre.», 56-58.
Nótese que en el versículo 55 Jesús aclara que su carne es “verdadera comida” y su sangre “verdadera bebida”, o sea que son para comer y beber, PARA MASTICAR, DEGUSTAR y DEGLUTIR como lo hicieron con el maná.

Y dice que “Este es el pan bajado del Cielo” -Jesús tomará la forma física del Pan, no en su forma humana- tal como antes fuera comida el maná que bajaba del Cielo, y que debe comerse y beberse para salvarnos.

Jesús está diciendo entonces en sentido literal que el pan con forma y apariencia de pan que El va a dar, es el pan bajado del Cielo, y que lo será porque El mismo, tal como lo están viendo, estará contenido espiritualmente en ese pan. Como vemos lo dice en ambos sentidos, el literal y el espiritual a la vez, porque ese pan común no sería el pan bajado del Cielo si Jesús no está contenido espiritualmente en él, y dice que si lo estará.

Pero en los versículos posteriores muchos de los discípulos no creen a Jesús que deben comer literalmente su carne porque no entienden aún que significa:
“Muchos de sus discípulos, al oírle, dijeron: «Es duro este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo?» Pero sabiendo Jesús en su interior que sus discípulos murmuraban por esto, les dijo: «¿Esto os escandaliza? ¿Y cuando veáis al Hijo del hombre subir adonde estaba antes?, 60-62.
Les dice que si les parece increíble que puedan comer su carne ¿que opinarán cuándo lo vean subir a los cielos resucitado que es más increíble todavía?
Y por eso les remata confirmando con la cita de marras que lo que El les está diciendo de comer su Carne y beber su Sangre es verdad y da vida porque es lo que viene del Espíritu, porque son las palabras que El ha dicho en los versículos anteriores -no se refiere a su palabra escrita porque no estaba escrita cuando lo dijo- para que lo obedezcan:
«El espíritu es el que da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida.”, 63. 
Es una forma de decirles que obedezcan lo que les dice de comer su Carne y beber su Sangre porque lo que dice si viene del Espíritu y no de la carne, que es lo que dice Pablo en Gal 5: 
“Por mi parte os digo: Si vivís según el Espíritu, no daréis satisfacción a las apetencias “de la carne”. Pues “la carne” tiene apetencias contrarias al Espíritu, y el Espíritu contrarias a la carne, como que son entre sí antagónicos.”, 16-18.
Los evangélicos asumen erradamente, porque interpretan los textos aislados, que con el término “la carne” se refiere Jesús a no comer su carne, es decir a que no se debe comer la Eucaristía en la que tanto insiste Jesús en los versículos anteriores que se debe comer, lo que sería una contradicción y Dios no las tiene. En realidad habla de "la carne" en el sentido de lo opuesto al Espíritu.
Es una simple manipulación del texto para hacer decir a Jesús algo completamente diferente a lo que está en verdad diciendo. 

Lo que es comprobable con la misma Escritura porque sus palabras toman su verdadero sentido y se concretan en la realidad cuando Jesús establece la Eucaristía con pan y vino para comer y beber, para masticar, beber y deglutir:

“Mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos, dijo: «Tomad, comed, éste es mi cuerpo.» Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio diciendo: «Bebed de ella todos, porque ésta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos para perdón de los pecados, Mt 26, 26-28; ver también 1Cor 11, 23; 10, 16.
Entonces es absurdo decir que Jesús no hablaba de comer y beber literalmente el Pan y el Vino, su Cuerpo y su Sangre, cuando eso es lo que El establece con los Apóstoles, los que lo comen y lo beben porque muestran claramente los textos.
Y por eso Pablo dice que no se debe comer y beber el Cuerpo y la Sangre del Señor  indignamente, es decir, en pecado grave, sin estar purificado antes: 
“Por tanto, quien coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor. Examínese, pues, cada cual, y coma así el pan y beba de la copa.”, 27-28.
Y Jesús les dice que sigan haciendo la Eucaristía en memoria suya porque el Pan y el Vino consagrados contienen la Sangre y el Cuerpo que El derramaría y entregaría en la Cruz al siguiente dia, para que comiendo físicamente el Pan y bebiendo físicamente el Vino lo recibamos en nuestro interior y nos salve llevándonos a ser como Cristo, 1Cor 10, 16.
Y eso es lo que dice Pablo que han recibido y realizado él y todos los miembros de su Iglesia única:

"Porque yo recibí del Señor lo que os he transmitido: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan, y después de dar gracias, lo partió y dijo: «Este es mi cuerpo que se da por vosotros; haced esto en recuerdo mío.» Asimismo también la copa después de cenar diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre. Cuantas veces la bebiereis, hacedlo en recuerdo mío.» Pues cada vez que coméis este pan y bebéis esta copa, anunciáis la muerte del Señor, hasta que venga.", 1Cor 11, 23-26.
Concluyendo, nadie ha dicho nunca que la Palabra no sea alimento verdadero espiritual de los fieles, pero eso no significa que no lo sean también su Cuerpo y su Sangre porque entonces no tendría ningún sentido que los hubiera entregado y derramado en la Cruz para salvarnos, y que hubiera establecido la Eucaristía el dia antes de morir, y hubiera dado la orden a su Iglesia única de seguirla celebrando para siempre para que de ella tomemos su Sangre y Cuerpo entregados y derramados en la Cruz como lo hizo con los Apóstoles, y hubiera hablado de ello tantas veces, lo mismo que los Apóstoles en los textos citados.



Nota: algunos dan el infantil argumento de que cuando Jesús dijo que El era el pan de vida no se veía un trozo de pan sino una persona, y que por eso no era literal. Pero ese argumento es muy poco válido porque cuando Jesús dijo que El era la luz del mundo tampoco lo veían alumbrando como un bombillo, pero no por eso El no es la luz del mundo, del que vive en tinieblas. Y si se convirtió Jesús en Pan literalmente como ya lo probamos en los textos anteriores. 

¿Cuál Palabra de Jesús es el alimento espiritual nuestro?
Como ya vimos antes, es cierto que todo Jesús es Pan de vida, tanto su Cuerpo y su Sangre, como su Palabra. Pero ¿cuál Palabra de Cristo es la que enn verdad nos alimenta? ¿la escrita por si sola? Tengamos en cuenta que lo que aparece en los Evangelios que dijo Jesús fue escrito muy posteriormente a su muerte porque comenzaron a aparecer después del año 50 hasta el año 100 y Él murió en el año 33.

Entonces es falso que cuando dijo que Él era el Pan vivo bajado del Cielo se estuviera refiriendo a la Escritura donde se narra lo que Él dijo porque no estaba escrita aún, no existía. Estaba hablando de su persona porque "la Palabra" es Dios en persona como lo dice Jn 1, 1.14: 

"Y la Palabra era Dios". "La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros".

Entonces “la palabra viva” es Dios mismo, Padre, Hijo y Espíritu Santo, no la Escritura, pues Jesús nunca escribió nada ni ordenó escribir nada. Jesús habló oralmente: 

"En el pasado Dios habló por medio de los profetas. En estos últimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo", Hb 1, 2. 

Lo que está escrito en la Biblia lo dijo Dios a través de personas mucho antes de ser escrito, por lo que la palabra viva no es la escrita sino la que Dios dijo a través de sus profetas y de su Hijo. La Escritura es una reseña escrita posterior de la palabra viva, no la palabra viva en si misma. 

Entonces la "palabra que sale de la boca de Dios" no es la escrita (es una reseña de lo que dijo Dios en el pasado pero no es la palabra que salva), sino la que El habla directamente, la que escucho recibo de El hoy personalmente como los apóstoles la escucharon y recibieron en el pasado del mismo Jesús.

¿Como recibo esa palabra viva hoy directamente de Jesús? El mismo lo dijo a los miembros dirigentes de su Iglesia única hace dos mil años: 

"Padre, te pido no solo por éstos sino por aquellos que por su palabra creerán en mi", Jn 17, 20.

"quien a ustedes escucha A MI ME ESCUCHA " (Lc 10, 16).

¿Porqué les dijo que por la palabra de los Apóstoles creemos en Jesús y que para escucharlo a El debíamos escucharlos a ellos, a los dirigentes de su Iglesia? Porque en los miembros de la Iglesia iba a estar y está Jesús encarnado por su Espíritu desde Pentecostés (Hch 2, 1ss), para que la Palabra hable a través de ellos como lo hizo a través de Jesús.

Por eso dijo Pablo que Cristo vivía en él (Gal 2, 20). Y también dijo que "a los que eligió los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo para que El fuera el primogénito entre muchos hermanos" (Rom 8, 29). Porque en los miembros de su Iglesia única está la Palabra, los que después fueron instituídos dirigentes de la Iglesia.

Quiere decir que solo en la Iglesia Católica, la que formó Cristo en persona, puedo escuchar directamente de Jesús la única palabra viva que existe, que cuando la creemos genera en nuestro interior la Gracia que es la que nos hace verdaderos cristianos hasta salvarnos, como lo dice Jesús en Mc 16, 15-16: 

"Y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará."

porque el creer a esa PREDICACIÓN -nos debe ser "predicada" porque "la fe entra por el oir, y por el oir la Palabra de Dios" que es el Espíritu Santo dentro del que predica porque lo ha recibido de forma visible como en Pentecostés, no por leer solo lo escrito, Rom 10, 17- hasta vivir la experiencia real de recibir también nosotros visiblemente el Espíritu que nos comunica la salvación, que nos hace hijos de Dios (Rom 8, 14).
 
La Biblia sola, o en una congregación que no es la de Cristo, sin la Iglesia que Cristo en persona formó y donde está encarnado y está su Palabra viva, no genera Gracia alguna. Porque sólo la Palabra viva que es Cristo en persona, cuando la escuchamos y creemos de viva voz en la única Iglesia que Él formó cuando vino hace dos mil años, nos bautiza en Espíritu como lo dijo Juan 

"detrás de mi viene uno que os bautizará en Espíritu Santo y fuego", Mc 1, 8, lo que vivieron los Apóstoles en Pentecostés, con las lenguas de fuego que les llegaron de forma visible.

Por ello dice el Catecismo que "la fe cristiana no es una «religión del libro». El cristianismo es la religión de la «palabra» de Dios, «NO DE UN VERBO ESCRITO y MUDO, SINO DEL VERBO ENCARNADO y VIVO» (San Bernardo de Claraval, homilia super missus est, 4,11: pl 183, 86b). 
Para que las Escrituras no queden en letra muerta, es preciso que Cristo, palabra eterna del Dios vivo, por el Espíritu Santo, nos abra el espíritu a la inteligencia de las mismas (cf. Lc 24, 45).", CIC, 108. 

Lo que solo puede suceder, abrir nuestro entendimiento, cuando lo escuchamos personalmente en su Iglesia.

La Escritura es un instrumento de predicación de Cristo (Lc 4, 21) en su Iglesia, pero el que la hace viva, el que encarna la palabra y la actualiza a cada época, es Cristo mismo, no la Biblia.

Y Jesús no es solo la palabra como ya vimos antes, como si todo Jesús fuera solo una boca. Jesús también tiene un cuerpo y por sus venas corre su sangre, entregado y derramada en la cruz, las que El mismo dijo que eran "verdadera comida y verdadera bebida" (Jn 6, 55), no solo símbolos, y que recibimos en el Pan y el Vino consagrados por un Sacerdote que lleva a Jesús vivo dentro y por ello puede como el Jesús histórico hace dos mil años convertirlos en su Cuerpo y su Sangre para que también nos ayuden a llegar a ser iguales a Él, como lo dice Pablo en 1Cor 10, 16.