ANALIZA DIFERENTES TEMAS GENERALMENTE POLÉMICOS DE NUESTRA FE CRISTIANA
PARA MOSTRAR SI TIENEN o NO SUSTENTO BÍBLICO.

"La pregunta principal que nos planteamos hoy es ¿cómo hablar de Dios en nuestro tiempo? ¿Cómo comunicar el Evangelio, para abrir caminos a su verdad salvífica en los corazones de nuestros contemporáneos, a menudo cerrados, y en sus mentes, a veces distraídas por tantos destellos de la sociedad?"... ..."La primera respuesta es que nosotros podemos hablar de Dios porque Dios ha hablado con nosotros. La primera condición del hablar de Dios es, por lo tanto, la escucha de lo que ha dicho el mismo Dios."
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AAA ¿Jesús fue religioso? ¿Jesús si Religión no? ¿Jesús es relación personal sin la Religión?



Jesús era religioso desde el principio de su vida pues cumplió todos los ritos y celebró todas las fiestas de su religión judía: Circuncisión (Lc 2, 21), Primogenitura y Presentación en el Templo (2, 22-39), sacrificios en el Templo (2, 24) y lecturas en la Sinagoga (4, 16-18), fiesta de Pascua (Mt 26, 17-18), Pentecostés (Hch 2, 1), Yon Kippur o del Perdón (Lev 16, 27-30), etc. El nació, creció y vivió toda su vida alimentándose de la Tradición en la única religión judía del Antiguo Testamento. Allí creció en estatura y se fortaleció en gracia y sabiduría (Lc 2, 52) porque esa era la Religión establecida por Dios vigente en esa época.
Y Dios lo envió a la Tierra hace dos mil años (2, 1-7) para que de esa Tradición y Religión exclusivamente judía formara otra, también única, en la que ya no solo estarían los judíos incluidos sino que se agregaría a los gentiles del mundo entero, “de dos pueblos hizo uno” (Ef 2, 14), una sola Religión o Tradición cristiana, de Cristo, formada por El mismo en persona transformando lo que venía de la anterior.



Y para formarla escogió doce Apóstoles que lo siguieron como comunidad (Lc 5, 1-11), que formaron una Iglesia única, un único Cuerpo (1Cor 10, 16-17) a los que les dijo lo que debían celebrar principalmente como Religión: la Eucaristía: “hagan esto”, que es lo mismo que decirles “celebren esto para siempre”, “en conmemoración mia” (Lc 22, 19; 1Cor 11, 24-25; Mt 26, 28), es decir, en conmemoración de su Sacrificio en la Cruz, como el mismo la celebró para que su Cuerpo y su Sangre sigan estando presentes en ella (1Cor 10, 16) (no les dijo lean esto o aprendan esto solamente, sino “hagan esto”, lo que El estaba celebrando para alimentar a su Iglesia), multiplicando ese pan vivo (Jn 6, 1-15) para darlo a los hombres (Jn 6, 56).

Ese dia al decirles “hagan esto” nombró u ordenó a los apóstoles Sacerdotes de esa nueva Tradición (“ha hecho de nosotros un reino de Sacerdotes”, Ap 1, 6) encargándolos de seguir haciendo eso mismo ¡¡¡para siempre!!!Y además los envió a predicar y enseñar a guardar todo lo que El les había mandado (Mc 16, 15-16), a bautizar (Mt 28, 19; Hch 8, 16), a perdonar los pecados (Jn 20, 22; Mt 16, 19), a confirmar en la fe a los hermanos (Lc 22, 32; Hch 8, 16), a ungir enfermos (Jn 9, 1-41; St 5, 14), a unir parejas en la presencia de Cristo como en las bodas de Caná para transformar su agua en vino (Jn 2, 1-12), a establecer Presbíteros (1Ped 1, 5; Tit 1, 5) y diáconos (Hch 6, 1-7), allí están los siete Sacramentos de la Iglesia y la Religión Católica y todo lo que enseña a sus fieles en cada Eucaristía.
 
No es cierto que la Iglesia diga que Jesús habita en templos. Habita en los miembros de su Iglesia (1Cor 3, 16), en cada Sacerdote porque lo recibieron en cada Eucaristía y en cada palabra en la Iglesia (1Cor 11, 24-25), y por que Jesús habita en ellos (Mt 28, 19) lo pueden transmitir a las especies al consagrarlas, y lo entregan a nosotros los fieles para que Jesús llegue a habitar también en nosotros. Y el Obispo con el Sacerdote por ello pueden poner a Cristo Eucaristía para ser adorado en el Templo.
Todos en el Antiguo Testamento se relacionaron con Dios-persona en el Templo a través del sacrificio de sus sacerdotes (1Rey 8, 4; 2Cro 5, 5), para llegar a vivir en toda la vida una relación personal con El basada en la Ley escrita, en sus mandamientos escritos (Ex 34,28; Dt 10,4; Lev 18, 5). Igualmente todos en el Nuevo Testamento debemos relacionarnos con Dios-persona en el Templo (Jesús lo hizo durante toda su vida, y estableció la Eucaristía en el Aposento Alto que hizo las veces de Templo hasta que sus discípulos se unieron a El desde Pentecostés (Hch 2, 1ss); y los Apóstoles por ser perseguidos celebraban en sus casas que eran templos provisionales para llevar a los discípulos también a unirse a Jesús (eso es lo que significa que María encontrara a Jesús en el Templo cuando se le extravió a los doce años, porque es allí donde le encontramos, Lc 2, 41), para llegar a vivir en toda la vida una relación personal con El, ahora por la ley del Espíritu que nos la dicta directamente (Hch 8, 29; 11, 12; Lc 4, 18) después de llegar a nosotros como llegó a los Apóstoles en Pentecostés*.


Sin la iglesia o Religión Católica que formó Cristo en persona hace dos mil años eso no se puede llegar a vivir, de la misma manera en que sin la Iglesia o Religión judía no se podía vivir la fe ni ser creyente en la antiguedad. Solo podemos llegar a tener una relación personal con Jesús a través de su única Religión.


Que todos los discípulos del Nuevo Testamento practicaban una Religión queda claro en las palabras del Apóstol Santiago: 
"Si alguno se cree religioso"  -da por sentado que todos están practicando un Religión, porque se creen religiosos. No dice que no se debe practicar la Religión-, 
"pero no pone freno a su lengua, sino que engaña a su propio corazón, su religión es vana"  -porque se cree que la sola religiosidad, el asistir a la Misa, es suficiente para salvarnos y no es así-. 
"La religión pura e intachable ante Dios Padre es ésta: visitar a los huérfanos y a las viudas en su tribulación y conservarse incontaminado del mundo" -pide convertir la religiosidad en actos de amor y de fe hacia los demás para estar completa, para no ser vana, no pide eliminar la Religión que están practicando los discípulos-, Sant 1, 26-27.
Y cuál era esa Religión practicada en todo el Nuevo Testamento está muy claro en las palabras del Apóstol Pablo: 
"Porque yo recibí del Señor lo que os he transmitido: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan, y después de dar gracias, lo partió y dijo: «Este es mi cuerpo que se da por vosotros; haced esto en recuerdo mío.» Asimismo también la copa después de cenar diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre. Cuantas veces la bebiereis, hacedlo en recuerdo mío.», 1Cor 11, 25-27.
Todos los Apóstoles recibieron del Señor la Eucaristía y la celebraban y la enseñaban a celebrar a los discípulos.

Y eso fue lo que desde un principio, a pocos dias desde Pentecostés comenzó a celebrar la Iglesia: 

"Los que acogieron su Palabra fueron bautizados. Aquel día se les unieron unas 3.000 almas. Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles (homilía), a la comunión (colecta), a la fracción del pan (compartir el Cuerpo y la Sangre de Cristo) y a las oraciones", Hch 2, 41-42. Como vemos, la misma estructura de la Eucaristía. 

Y en el versículo 47 dice claramente que "el Señor agregaba a la comunidad -a esa única Iglesia- A LOS QUE SE HABÍAN DE SALVAR", lo que demuestra que solo siendo miembros de esa misma Iglesia podemos llegar a salvarnos.


Quien hoy solo busca relacionarse con Dios sin la religión y solo a través de la Ley escrita, de la Biblia, se está quedando en una tradición antigua imperfecta, pero ya adicionalmente cortada o incompleta pues se desecha la Tradición o Religión única mejor que es la vigente hoy, y es la única en la que se puede vivir hoy la fe y ser creyente para llegar hoy a la plenitud de la fe y de la conversión por el Espíritu




*En Pentecostés los Apóstoles recibieron el Espíritu en plenitud. Así debemos recibirlo nosotros para nacer de nuevo del Espíritu. Nadie nace de nuevo sin vivir esa experiencia. Así como nadie nace a la vida natural de una madre sin que ella esté presente, de la misma manera nadie puede decir que en verdad ha nacido de nuevo sin vivir esa experiencia en el que el Espíritu esté en verdad presente como en Pentecostés, que es el modelo y el momento de nuestra propia conversión a Cristo porque nos hacemos uno con El por su Espíritu. Por ello mienten quienes dicen que han nacido de nuevo sin vivirlo, porque están asumiendo algo que nunca han experimentado, precisamente porque solo se vive en algún momento de nuestro caminar en la Religión Católica y ellos “siguen” a Cristo por la Biblia y fuera de su única Iglesia.