ANALIZA DIFERENTES TEMAS GENERALMENTE POLÉMICOS DE NUESTRA FE CRISTIANA
PARA MOSTRAR SI TIENEN o NO SUSTENTO BÍBLICO.

"La pregunta principal que nos planteamos hoy es ¿cómo hablar de Dios en nuestro tiempo? ¿Cómo comunicar el Evangelio, para abrir caminos a su verdad salvífica en los corazones de nuestros contemporáneos, a menudo cerrados, y en sus mentes, a veces distraídas por tantos destellos de la sociedad?"... ..."La primera respuesta es que nosotros podemos hablar de Dios porque Dios ha hablado con nosotros. La primera condición del hablar de Dios es, por lo tanto, la escucha de lo que ha dicho el mismo Dios."
<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>

AAA La reencarnación ¿es posible? ¿Las regresiones son ciertas? ¿Qué dice la Biblia?

Muchas personas y doctrinas filosóficas o religiosas creen hoy en la reencarnación, entendida como el que nuestra alma, a la que se considera de todas formas inmortal, puede volver después de nuestra muerte a la vida en la Tierra en un cuerpo humano o en el de cualquier criatura animal o vegetal.

Y de acuerdo con esa creencia hemos vivido ya muchas vidas anteriores. Incluso muchos creen o afirman creer o percibir haber sido "algo" o "alguien" diferente en alguna vida anterior.
Los franceses tiene un término muy preciso para nombrarlo: "deja vu". Cuando les parece que ya han estado en las mismas circunstancias y lugar, en las que se encuentran por primera vez en su "actual" vida, viven un "deja vu".

Pero ¿qué dice la Biblia de ésto? ¿Se puede llegar a la luz de la Palabra de Dios a conclusiones que nos puedan permitir afirmar o negar la reencarnación? Firmemente creemos que si. Analicemos lo que aparece en la Biblia acerca del alma humana.

En el Génesis dice que el alma humana proviene de Dios: "Entonces el Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento de vida; y fue el hombre un ser viviente", (Gn 2,7).

Aquí sólo hay referencia al alma humana como tal. Es decir, si el hombre logra ser "un ser viviente" por el alma que le es dada por Dios desde su creación y concepción quiere decir que ella le da su carácter, su conducta, sus actos. Es decir que el cuerpo no tiene vida propia sino que es animado por esa alma.

Creo que hasta aquí todos, reencarnacionistas y creacionistas, estamos de acuerdo pues para que haya ambas debe existir el alma humana separable del cuerpo e inmortal, ya que proviene de Dios.

La diferencia se comienza a ver cuando notamos que en el Génesis no hay ninguna referencia a que esa alma pueda volver después de la muerte para usar otro cuerpo humano o vivir en un animal o en una planta. La Palabra es muy clara en que cuando crea al hombre un alma corresponde a un cuerpo, el de Adán, los que juntos y solo juntos son un ser viviente. Y si esa es la forma en que Dios nos muestra que crea a cada hombre quiere decir que "SIEMPRE" el alma que le da a cada persona corresponde al cuerpo que a esa alma le es asignado. Lo mismo sucedió con Eva. En últimas, en la concepción de cada ser humano alma y cuerpo son indivisibles durante su vida terrenal.

Detengámonos ahora en los episodios en los que se narra en la Biblia que algunas personas son regresadas de la muerte.

"Entonces dijo Jesús: “Quiten la losa”. Pero Marta, la hermana del que había muerto, le replicó: “Señor, ya huele mal, porque lleva cuatro días”. Le dijo Jesús: “¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?” Entonces quitaron la piedra. Jesús levantó los ojos a lo alto y dijo: “Padre, te doy gracias porque me has escuchado. Yo ya sabía que tú siempre me escuchas; pero lo he dicho a causa de esta muchedumbre que me rodea, para que crean que tú me has enviado”. Luego gritó con voz potente: “¡Lázaro, sal de ahí!”. Y salió el muerto, atados con vendas las manos y los pies, y la cara envuelta en un sudario. Jesús les dijo: “Desátenlo, para que pueda andar”. Muchos de los judíos que habían ido a casa de Marta y María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en Él." (Jn 11, 42-45).

Aquí podemos notar que después de salir Lázaro del sepulcro el relato no habla de alguna situación anómala después del momento de la resurrección, nadie se extraña de que no sea él el que volvió a vivir. Si no hubiera sido el mismo Lázaro el que salió de la tumba sus hermanas Marta y María le hubieran reclamado a Jesús que les devolviera a su amado hermano y se llevara a la persona extraña que estaba ocupando su cuerpo y lo relataría el evangelista. El mismo Jesús conocía y amaba a Lázaro: "Por eso las dos hermanas le mandaron a decir a Jesús: “Señor, el amigo a quien tanto quieres está enfermo”". Y tampoco comenta que no era él. Y Jesús estaba convencido, sabía perfectamente, que iba a resucitar a Lázaro pues amaba a esa familia. El no esperaba que saliera otro de esa tumba lo que indica claramente que
la reencarnación no existe pues El es Dios y conoce todo lo que Dios hace y ha hecho al crear a los hombres.

Y eso mismo podemos decir de las otras resurrecciones de Jesús y las de los apóstoles e incluso de las del Antiguo Testamento. En ningún pasaje de este tipo se lee un reclamo, por ejemplo en el de la resurrección de la hija de Jairo, de que la persona resucitada no fuera la que esperaban sus familiares.

Pero los datos más completos los tenemos en la resurrección del mismo Jesús. Aunque Jesús era Dios era también en todo un ser humano como tu y como yo. Y Jesús era definitivamente el mismo en cuerpo y alma el que regresó de la tumba. Y todos sus discípulos y familiares lo reconocieron como tal. Nos demostró hasta la saciedad que era el mismo de antes de su muerte. Hizo milagros como antes, les encomendó tareas a los discípulos de acuerdo a lo que les había enseñado antes de morir, les tocaron las cicatrices de sus heridas y les envió el Espíritu Santo prometido desde antes de su muerte. La vida y la persona de Jesús post resurrección era perfectamente coherente con su vida pre-resurrección, era la misma persona, lo que es el argumento más claro en contra de la reencarnación.

De acuerdo con ésto podemos decir que las regresiones (en las que supuestamente el paciente llega y percibe o manifiesta lo que era en otras vidas anteriores "regresando" al pasado) que algunos psicólogos y otros hacen o dicen hacer no son ciertas ni legítimas ni llevan al bien. No quiere decir eso que yo esté afirmando que no sucedan.

No estoy diciendo que la hipnosis como terapia de solución de algunos problemas emocionales o psicológicos no sea válida. Lo es. Solo que cuando es usada para temas o situaciones que contradicen la condición humana es lógico pensar que sus resultados no son ni verdaderos ni buenos para la salud humana.

Su origen puede estar basado o en la sugestión o hipnosis de la persona que es llevada en su voluntad, casi sin percibirlo, a prestarse para vivir dócilmente esa experiencia y asumirla después como real; o en un evento en donde hace presencia el demonio, parecido a los que experimentan al invocar espíritus los practicantes de la tabla ouija, en donde el demonio puede suplantar a las personas invocadas para hacerles creer a los invocantes que efectivamente están hablando con ellos y enviarles un mensaje que puede estar de acuerdo a la experiencia pasada de los familiares con el invocado, pues el demonio igual que Dios conoce toda nuestra realidad pasada, presente y futura de nuestra vida. El demonio puede disfrazarse de ángel de luz para convencernos de que algo falso sea real para que por su engaño sigamos creyendo en algo falso o no verdadero.

Y por estar involucrado el demonio en el hecho, lo que sucede en actos más comunes de lo que pensamos, aunque nunca vivamos una experiencia dramáticamente traumática, su fin será confundirnos para que no encontremos a Dios y nos sumamos en creencias y prácticas falsas. En últimas, lo que nos jugamos al creer o practicar este tipo de cosas es la vida misma, la salvación.

La vida eterna no está diseñada sobre la base de que nosotros podamos vivir eternamente tomando diferentes formas o cuerpos en vidas sucesivas, sino en el fundamento de que nosotros mismos, como fuimos creados y vivimos nuestra única vida, ella trasciende la corporeidad para seguir siendo los mismos durante nuestra vida en el más allá.