ANALIZA DIFERENTES TEMAS GENERALMENTE POLÉMICOS DE NUESTRA FE CRISTIANA
PARA MOSTRAR SI TIENEN o NO SUSTENTO BÍBLICO.

"La pregunta principal que nos planteamos hoy es ¿cómo hablar de Dios en nuestro tiempo? ¿Cómo comunicar el Evangelio, para abrir caminos a su verdad salvífica en los corazones de nuestros contemporáneos, a menudo cerrados, y en sus mentes, a veces distraídas por tantos destellos de la sociedad?"... ..."La primera respuesta es que nosotros podemos hablar de Dios porque Dios ha hablado con nosotros. La primera condición del hablar de Dios es, por lo tanto, la escucha de lo que ha dicho el mismo Dios."
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AAA ¿Son bíblicos los sacramentos de la Iglesia Católica?

Lo que primero debemos aclarar es qué significa el término Sacramento, el que generalmente es mal interpretado y menospreciado en algunos sectores, pero es realmente el que mejor describe su cometido: el ponernos en contacto con lo sagrado, con la divinidad, con la persona de Cristo y con el Padre. Cuando recibimos un Sacramento realmente recibimos a través de él los bienes y dones espirituales que el mismo Cristo dispuso darnos a través de ellos.

Pero hay quienes dicen que Jesús no creó e instituyó los Sacramentos de la Iglesia. Veamos si eso es cierto.


Bautismo:

"Entonces aparece Jesús, que viene de Galilea al Jordán donde Juan, para ser bautizado por él. Pero Juan trataba de impedírselo diciendo: Soy yo el que necesita ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? Jesús le respondió: Déjame ahora, pues conviene que así cumplamos toda justicia (lo que quiere decir que toda la justicia divina, la que Jesús nos trajo, solo se puede cumplir en nosotros si tenemos el bautismo, lo que demuestra que es necesario para poder recibir y crecer en la Fe). Entonces le dejó. Bautizado Jesús, salió luego del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma y venía sobre él. Y una voz que salía de los cielos decía: "Este es mi Hijo amado, en quien me complazco." (Mt 3,13-17)

Se debe aclarar aquí que el bautismo que Juan dio a Jesus no es el bautismo católico, sino que es un "bautismo para conversión", para arrepentimiento de los pecados.

El bautismo que da la Iglesia es el que Jesús les ordenó a sus discípulos suministrar a todas las gentes : “hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. Mt 28, 16-20, y el que Pedro usó en Hch 2, 38 el dia de Pentecostés:

"Al oír esto, dijeron con el corazón compungido a Pedro y a los demás apóstoles: «¿Qué hemos de hacer, hermanos?» Pedro les contestó: «Convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo".

Cuando recibimos el Sacramento bautismal de la Iglesia recibimos veladamente (sin notarlos nosotros ni nadie mas) el mismo Espíritu Santo que Jesús recibió públicamente, para que nos guíe veladamente en nuestra vida y podamos avanzar en nuestra fe. Y para que en un momento de nuestro caminar en la Iglesia recibamos el Bautismo en Espíritu. Sin el Rito del Bautismo no es posible llegar a vivir esa misma manifestación visible del Espíritu que vivieron los Apóstoles en Pentecostés, ni cumplir como elllos la misión que el Señor nos encomienda a cada hombre y mujer en la Tierra: ser instrumentos de Dios para la salvación de los demás.


Eucaristía (Mt 26,26-28): Por favor trasladarse al terminar de leer esta página a otro artículo de este mismo blog en donde le dedicamos un espacio exclusivo a este Sacramento por la importancia que tiene para la vida de la Iglesia. En la Biblia hay cerca de 17 textos o citas que hablan de la Biblia.
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Penitencia o Perdón de Pecados:

"Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío. Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les serán perdonados, y a quienes se los retengáis, les serán retenidos."(Juan 20,23).

Como vemos, este Sacramento es uno de los que está mas claramente definido por el mismo Señor, quien en otro pasaje de Mt 9, 1ss lo ratificó en la práctica y ante quienes negaban que el hombre tuviera el poder de perdonar los pecados:

"Jesús volvió a la barca, cruzó de nuevo el lago y vino a su ciudad. Allí le llevaron a un paralítico, tendido en una camilla. Al ver Jesús la fe de esos hombres, dijo al paralítico: «¡Animo, hijo; tus pecados quedan perdonados!» Algunos maestros de la Ley pensaron: «¡Qué manera de burlarse de Dios!» Pero Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: «¿Por qué piensan mal? ¿Qué es más fácil: decir ¿"Quedan perdonados tus pecados"? o ¿"Levántate y anda"? Sepan, pues, que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados.» Entonces dijo al paralítico: «Levántate, toma tu camilla y vete a casa.» Y el paralítico se levantó y se fue a su casa. La gente, al ver esto, quedó muy impresionada y alabó a Dios por haber dado tal poder a los hombres".

Es de resaltar aquí que cuando Jesús sanaba enfermos de cualquier dolencia generalmente les decía "tus pecados te quedan perdonados"(Lc 5, 20; Mac 2, 1ss; Mt 9 6) relacionando siempre de esta forma la sanación con el perdón de pecados, para significar con ello que las sanaciones exteriores que El hacía eran figura de la sanación interior que el Sacramento del perdón y la reconciliación realizan en quien lo recibe. Ello muestra el poder sanador que el Sacramento del perdón de los pecados tiene sobre el creyente, que de esa forma ve eliminados los obstáculos que le dificultan su caminar hacia Dios.
Cuando confesamos nuestros pecados a un sacerdote es al mismo Cristo a quien los confesamos y cuando recibimos la absolución o el perdón es el mismo Cristo quien nos los concede.

A algunos nos cuesta relacionar este poder dado por Jesús a los miembros de su Iglesia, con el esquema de confesiones vigente en cada parroquia, pero el texto es claro en que el Señor concede ese poder a los apóstoles y demás discípulos, que en uso de otro poder concedido al Papa y a sus sucesores (y a todos los obispos en comunión con él) de "atar y desatar" en la Tierra todo lo referente a la fe cristiana y al funcionamiento de su Iglesia (con efectos en el Cielo además), que significa decidir y organizar la forma en que lo decidido y entregado por Jesús a la Iglesia es realizado en la comunidad y entregado a los fieles.

Pablo también dejó testimonio escrito de que desde la Iglesia primitiva se practicaba este Sacramento: "Y todo esto es de Dios, el cual nos reconcilió a sí por Cristo; y nos dió el ministerio de la reconciliación." (2Cor 5,18).


Unción de los enfermos:

"...unos pocos enfermos a quienes curó imponiéndoles las manos." (Mc 6, 5)

"...y ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban." (Mc,6,13 )

"... pondrán las manos sobre los enfermos, y éstos se encontrarán bien." (Mc, 16,18)

"¿Alguno entre ustedes enferma? Haga llamar a los presbíteros de la Iglesia, y oren sobre él, ungiéndole con óleo en el nombre del Señor, y la oración de la fe salvará al enfermo, y el Señor le hará levantarse, y los pecados que hubiere cometido le serán perdonados." (St 5, 14-15 )


Confirmación:

"Al enterarse los apóstoles que estaban en Jerusalén de que Samaria había aceptado la Palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan. Estos bajaron y oraron por ellos para que recibieran al Espíritu Santo; pues todavía no había descendido sobre ninguno de ellos; únicamente habían sido bautizados en nombre del Señor Jesús. Entonces les imponían las manos y recibían al Espíritu Santo". (Hch. 8, 15-17; 19, 5-6).

Nótese que es necesaria la intervención de los Obispos, sucesores de los apóstoles, para que el Espíritu Santo venga con mayor fuerza y plenitud sobre los creyentes, lo que es muestra de que es necesario el Sacramento de la Confirmación en algún momento del caminar en la vida eclesial.

Con este Sacramento es que la persona que ha sido bautizada desde niño(a) decide libremente cuando ya tiene uso de razón (desde los 14 años en adelante) si continúa con la Fe recibida durante su bautismo aunque haya sido realizado desde que era bebé, momento desde el cual recibe el Espíritu Santo que lo guía desde entonces aunque sea veladamente, porque los padres tienen la reponsabilidad, de la misma forma en que deciden cuál colegio o cuál comida o cuál vestido escoger para ellos, de elegir para sus hijos desde que son pequeños la fe que creen les es mas conveniente.


Orden Sacerdotal:

Jesús le pide a la Iglesia que ordene sacerdotes que se configuren con El al decirles "Haced esto en conmemoración mía" al instituir la Eucaristía (Lc 22,19)

"Un día, mientras celebraban el culto del Señor y ayunaban, el Espíritu Santo les dijo: «Resérvenme a Saulo y a Bernabé para la obra a la cual los he llamado».
Ellos, después de haber ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron." (Hch 13,2-3)

"si alguno aspira al cargo de Obispo, desea una noble función." (1Tm 3,1)

"El motivo de haberte dejado en Creta, fue para que acabaras de organizar lo que faltaba y establecieras presbíteros en cada ciudad, como yo te ordené" (Tt 1, 5).

"Te recomiendo que reavives el carisma de Dios que está en ti por la imposición de mis manos." (2 Tm 1, 6).

Institución del diaconado (los apóstoles se dedican al obispado de tiempo completo): "No parece bien que nosotros abandonemos la Palabra de Dios por servir a las mesas. Por tanto, hermanos, buscad de entre vosotros a siete hombres, de buena fama, llenos de Espíritu y de sabiduría, y los pondremos al frente de este cargo; mientras que nosotros nos dedicaremos a la oración y al ministerio de la Palabra». Pareció bien la propuesta a toda la asamblea y escogieron a Esteban, hombre lleno de fe y de Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Pármena y a Nicolás, prosélito de Antioquía; los presentaron a los apóstoles y, habiendo hecho oración, les impusieron las manos" (He 6,1–6).


Matrimonio indisoluble:

"Dios creó al hombre a imagen suya... varón y mujer los creó" (Gén 1, 27)

"Dijo Yavé Dios: "No es bueno que el hombre esté solo, voy a hacerle una auxiliar a su semejanza." De la costilla que Yavhé había sacado al hombre, formó una mujer y la llevó ante el hombre. Entonces el hombre exclamó: "Esta sí es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada varona porque del varón ha sido tomada". Por eso el hombre deja a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y pasan a ser una sola carne." (Gn 2,18.22-24). El Sacramento convierte sobrenaturalmente a la pareja en un solo ser.

"Jesús contestó: «Moisés vio lo tercos que eran ustedes, y por eso les permitió despedir a sus mujeres, pero al principio no fue así. Yo les digo: el que se divorcia de su mujer, fuera del caso de unión ilegítima, y se casa con otra, comete adulterio." (Mt 19,8-9)

En el milagro de la Boda de Caná en que Jesús a solicitud de María hace el milagro de la conversión del agua en vino, la Iglesia ve el matrimonio elevado a Sacramento pues es allí donde los esposos pueden alcanzar la santidad con la conversión, simbolizada en la conversión del agua en vino (Cf Jn 2,1-12). No es lo mismo la unión libre pues no le permitimos a Dios unir sobrenaturalmente a la pareja y participar activamente en su crecimiento y comunión progresivas durante la vida matrimonial.

Lo mismo cuando Pablo dice: "Maridos, amen a su esposa, como Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella, para santificarla. El la purificó con el bautismo del agua y la palabra, porque quiso para sí una Iglesia resplandeciente, sin mancha ni arruga y sin ningún defecto, sino santa e inmaculada" (Ef 5, 25ss).

Si la Iglesia es un Sacramento por estar unida a Cristo, y es comparada al matrimonio en la que los esposos deben alcanzar la santidad en Cristo, es porque el matrimonio católico es considerado desde la primitiva Iglesia como un Sacramento también, y lo es, como lo dijo Jesús al hacerlo indisoluble y elevarlo del estatus solo natural con la conversión del agua en vino en la boda de Caná, como lo dijimos arriba.