ANALIZA DIFERENTES TEMAS GENERALMENTE POLÉMICOS DE NUESTRA FE CRISTIANA
PARA MOSTRAR SI TIENEN o NO SUSTENTO BÍBLICO.

"La pregunta principal que nos planteamos hoy es ¿cómo hablar de Dios en nuestro tiempo? ¿Cómo comunicar el Evangelio, para abrir caminos a su verdad salvífica en los corazones de nuestros contemporáneos, a menudo cerrados, y en sus mentes, a veces distraídas por tantos destellos de la sociedad?"... ..."La primera respuesta es que nosotros podemos hablar de Dios porque Dios ha hablado con nosotros. La primera condición del hablar de Dios es, por lo tanto, la escucha de lo que ha dicho el mismo Dios."
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AAA ¿Qué significan las palabras de Jesús "Yo soy el camino, la verdad, y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí?


Cuando Jesús dice: Yo soy el camino, la verdad, y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí, Jn 14,6

Se refiere a que la persona de Jesús es el modelo de persona que debemos ser nosotros algún dia, convertirnos en alguien como El, seguir interiormente el camino que El recorrió y nos mostró, para llegar a ser como El y llegar de esa forma al Padre, a la vida eterna.

Porque solo siendo como Jesús llegamos al Padre, al cielo, a la vida eterna.

Nadie puede ir al Padre sino es a través de Jesús, sin ser como El es.

Por ello la fe cristiana no consiste en seguir intelectual y exteriormente lo escrito en la Biblia, pues la palabra de Dios que nos transforma en otros cristos es la del mismo Cristo en persona vivo y resucitado, que está presente en su iglesia, de la que dijo que escuchándola a Ella lo escuchábamos a El (Lc 10, 13-16).

La palabra de Dios no es un libro sino una persona, el Hijo de Dios: "En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios."..."Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros", Jn 1, 1.7.

La fe cristiana consiste en transformarnos en otro Cristo siguiendo interiormente el camino que El nos mostró con su vida, hasta llegar a experimentar en nosotros su muerte en la Cruz y su resurrección. Por eso dijo Pablo: "Con Cristo estoy crucificado, y ya no vivo yo sino que es Cristo quien vive en mi", Gal 2, 22.

Y los apóstoles y discípulos del Nuevo Testamento lo consiguieron en Pentecostés pues recibieron visible y manifestadamente, como experiencia real de vida, el mismo Espíritu que Jesús recibió de la misma forma en su Bautismo, lo que hizo a los apóstoles iguales a El en todo menos en el pecado.

Por eso dijo Pablo que "a los que eligió también los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que El fuera el primogénito entre muchos hermanos", Rom 8, 29.

Y dijo también que Jesús era el único mediador entre Dios y los hombres, 1Tim 2, 5.

"porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el cual nosotros podamos salvarnos»", Hch 4, 12.

Entonces esas palabras solo significan que solo siendo como Jesús nos salvamos, llegando a ser como El llegamos al Cielo, a la Casa del Padre.

Y no llegaron a esa condición los apóstoles siguiendo el Evangelio escrito porque en ese entonces no existía el Nuevo Testamento escrito. Lo siguieron siendo miembros de la Iglesia que Jesús formó e inició con ellos, a la que se vincularon físicamente todos los discípulos que aparecen en el Nuevo Testamento, desde el mismo dia de Pentecostés (Ver Hch 2, 41-47).

Porque el Espíritu se nos transmite poco a poco en la predicación (Mc 16, 15-16) y en la Eucaristía (Jn 6, 54) que Cristo en persona nos entrega en su Iglesia, hasta llegar a recibir el Espíritu como los apóstoles lo recibieron en Pentecostés y ser otros Cristos en el mundo.

Para poder entonces transmitir su palabra viva a los demás. Porque solo quien la tiene viva en su interior puede transmitirla y ayudar a los demás a salvarse. Porque solo podemos darla a los demás cuando la tenemos, cuando habita en nosotros, no cuando la aprendemos de memoria. Por algo dijo Jesús a los fariseos que la palabra no residía en ellos, porque solo la buscaban en las Escrituras y no en El, Jn 5, 38-40.

Por ello la intercesión de la Iglesia no es contradictoria con la mediación única de Jesús, porque solo por medio de Cristo podemos llegar al Cielo, pero la Iglesia es la que nos lleva a ser como Cristo por la autoridad que Cristo mismo le dio de predicar el Evangelio a todas las gentes para que el que crea se salve, Mc 16, 15-16.

Y los santos desde el Cielo también nos pueden ayudar a llegar a Cristo orando e intercediendo por nosotros para que lo encontremos como ellos lo encontraron y por eso participaron de la misma vida eterna de Cristo. Ellos pueden continuarlo haciendo después de su muerte física. Por eso dijo Pablo que "Pues estoy seguro de que NI LA MUERTE NI LA VIDA ni los ángeles ni los principados ni lo presente ni lo futuro ni las potestades ni la altura ni la profundidad ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro. Rom 8,34-39".
Si ni la muerte ni la vida nos separa de Cristo, desde el mas allá pueden los santos continuar intercediendo por los miembros de la Iglesia como lo hicieron durante su vida, porque Cristo muchas veces regresó del mas allá y se apareció a sus discípulos para interceder por ellos y darles órdenes, e hizo milagros, por lo que los que han recibido la misma vida de Cristo también lo pueden hacer, no por si mismos, sino por el poder que les ha otorgado el Señor.