La Cruz verdadera donde Cristo fue crucificado fue realmente encontrada junto con las de los dos ladrones por Santa Helena -la madre del emperador Constantino y por ello tenía el poder y recursos para hacerlo por ser la reina- en el año 326 -otra prueba de que solo había católicos en esa época-.
La historia es que Helena investiga entre los cristianos donde pudo haber quedado pero nadie daba razón. Por ello investigó entre los judíos que eran quienes la habían escondido hasta que pudo saber por uno de ellos que habían sido echadas en un pozo que había sido llenado con tierra para evitar que fueran encontradas por los cristianos.
Ella misma financió y organizó las excavaciones hasta sacarlas. Como no se sabía cual era la de Jesús el Obispo de Jerusalén sugirió que se hiciera una procesión con las tres y se permitiera que un enfermo terminal las tocara de una en una, por si el Señor quisiera hacer un signo para saber cual era la verdadera. La sanación ocurrió al tocar una de ellas, después de intentarse sin resultados con las otras dos, demostrando ser la de Jesús.
Fue dividida en muchas partes, pero la mas grande sección es adorada en la Iglesia de la Veracruz (que significa la verdadera Cruz) en Roma. Muchas pequeñas astillas fueron repartidas en muchas parroquias principalmente de Europa, para que tuvieran una reliquia.
También fueron entregadas como regalo a importantes personalidades de la época o posteriores, como lo demuestra el regalo de una diminuta astilla que las autoridades de Bélgica tenían en su poder y que le regalaron a Honduras hace poco por su hospitalidad con los inmigrantes belgas, lo que fue reseñado por muchos diarios pues la recibió el mismo presidente Lobo.
Por ello no es cierto que con las astillas de la Cruz se llenen tres trasatlánticos (para insinuar que no son verdaderas ninguna de ellas) pues todas las que existen en las diferentes parroquias son legítimas. ¿O es que no se pueden sacar mil o mas astillas de una Cruz tan inmensa? Y solo hay dos o tres docenas de ellas.
Y todo fue coordinado y fue un proceso organizado desde Roma que demoró muchos años.
Artículo basado en otro publicado en las páginas de Catholic.net