ANALIZA DIFERENTES TEMAS GENERALMENTE POLÉMICOS DE NUESTRA FE CRISTIANA
PARA MOSTRAR SI TIENEN o NO SUSTENTO BÍBLICO.

"La pregunta principal que nos planteamos hoy es ¿cómo hablar de Dios en nuestro tiempo? ¿Cómo comunicar el Evangelio, para abrir caminos a su verdad salvífica en los corazones de nuestros contemporáneos, a menudo cerrados, y en sus mentes, a veces distraídas por tantos destellos de la sociedad?"... ..."La primera respuesta es que nosotros podemos hablar de Dios porque Dios ha hablado con nosotros. La primera condición del hablar de Dios es, por lo tanto, la escucha de lo que ha dicho el mismo Dios."
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AAA Maria ocupa el lugar de Jesús o está por encima de El? ¿Es María madre de Dios y madre nuestra? ¿Es su veneración bíblica? ¿Es imagen de la Iglesia y de cada creyente?


Me comentaba una hermana Evangélica en un foro: 

"la madre no puede ocupar el lugar del Hijo". La palabra de Dios dice que en Cristo esta la plenitud de todas las cosas y lógicamente no voy a buscar en "María" lo que tiene Cristo pues solo Él lo
 tiene"...

Este razonamiento es completamente cierto ya que solo por Jesús nos llega la plenitud, la que no se debe buscar en María.

Pero parte de esa opinión también refleja la confusión que tienen los evangélicos con respecto al papel de María en el plan de salvación... y al papel que juega en la fe católica... porque nadie en la Iglesia dice que María ocupa el lugar de Jesús, ni está por encima de El, ni María salva.

1. MARÍA NUNCA HA OCUPADO EL LUGAR DEL HIJO en la Fe Católica. NI LO PUEDE OCUPAR PORQUE ELLA NO ES DIOS. EL ÚNICO SALVADOR ES JESÚS.

2. Los católicos no buscamos en María lo que es verdad, como dice el comentario, que solo nos llega por el Hijo.

3. MARÍA, como la veneramos, la creemos y la enseñamos los católicos SOLO NOS MUESTRA CON SU VIDA COMO LLEGAR A JESÚS, pero nunca ocupa el lugar de su Hijo.

Y eso está claramente mostrado en la Biblia. Para poner solo un ejemplo:

Cuando María dijo SI a la Palabra de Dios que le dijo el Angel y por eso se engendró Jesús en ella, eso debemos hacer nosotros, decir SI a la predicación de la Palabra de Dios que Cristo mismo nos hace a través de su Iglesia (Mc 16, 15-16, Lc 10, 13-16), para que Cristo se engendre en nosotros y seamos de esa forma verdaderos cristianos. Siguiendo EL EJEMPLO DE FE y DE VIDA DE MARÍA, LLEGAMOS HASTA SU HIJO.

Entonces María no reemplaza al Hijo, sino que María nos lleva hasta su Hijo, que es lo mismo que hizo con toda la humanidad al nacer de ella su Hijo, para que creyendo en Jesús y uniéndonos A EL, NO CREYENDO EN MARÍA NI UNIÉNDONOS A MARÍA, SEAMOS SALVADOS...

María es modelo o guía de como llegar a su Hijo. Jesús es el único modelo de hombre que nos salva cuando llegamos a ser como El. ESO ES LO QUE CREEMOS LOS CATÓLICOS CON RESPECTO A MARÍA, y eso es lo que dijo Pablo que debemos hacer con respecto a los santos en Hb 13,7, recordarlos e imitarlos, porque de esa forma interceden por nosotros para que lleguemos a Jesús.

Traigo a cuento esta aclaración para evitar que por lo que se muestra en adelante se tenga la falsa impresión de que ponemos a María por encima de su Hijo.


"UNA VIRGEN CONCEBIRÁ, y DARÁ A LUZ UN HIJO, y SU NOMBRE SE LLAMARÁ EMMANUEL", el profeta Isaías (7, 14), dijo estas palabras 675 años antes de María ser visitada por el Angel y se encarnara Jesús en ella.

La Iglesia primitiva era Mariana
Lo primero que se debe demostrar bíblicamente hablando es que la Iglesia que Jesús funda en Pedro y los demás Apóstoles es absolutamente Mariana pues es con ella que es instituida y autorizada como Iglesia en Pentecostés, lo que narra Hechos 1, 14: "Todos ellos, íntimamente unidos, se dedicaban a la oración, en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos." (los "hermanos" son los otros parientes de Jesús, no hermanos de sangre)

María figura de cada creyente y de la Iglesia
La virgen María es la representación teológica de cada cristiano (y por lo tanto de la Iglesia toda) en la Biblia. Eso quiere decir que lo que María hace o le sucede en la Biblia, es lo que hace y vive la Iglesia, y lo que debe vivir y hacer cada fiel.

Pero hay muchos otros textos que nos lo demuestran a lo largo de toda la Escritura y el ministerio de Jesús. Veamos.

María anunciada y preparada desde siempre para ser la madre de Dios:
María es la "llena de Gracia" a los ojos de Dios, que es un nombre nuevo para María, la "llena del Espíritu Santo", que muestra una condición propia y permanente en ella, condición que no inicia solo con la visita del Ángel sino que ella misma es una consecuencia de la condición de pureza y "plenitud de Gracia" de María desde siempre, por la predestinación que es anunciada desde el Génesis y por Isaías.

Por eso el Angel la llamó "KAJERITOMENE", término original de los manuscritos bíblicos que significa "desde siempre y por siempre llena de Gracia", Lc 1, 28.

Ese mismo término es usado en toda la Biblia solo una vez, en Efesios, y es aplicado a Dios para mostrar que la Gracia y la Santidad desde siempre y para siempre está en El.

María recibe una condición superior a la de cualquier criatura:
No por ello quiere decir ni estamos diciendo que María sea Dios, en absoluto. Significa que María, por la predestinación que Dios le hace, GOZABA DE LA GRACIA DE DIOS DESDE SU CONCEPCIÓN, DESDE ANTES DE SU NACIMIENTO, Y POR SIEMPRE y PARA SIEMPRE DURANTE SU VIDA y POR TODA LA ETERNIDAD, y QUE EN ELLA POR ESA GRACIA ESPECIAL QUE TUVO, NI HABÍA, NI HUBO NI HABRÁ PECADO ALGUNO, PORQUE LA GRACIA DE DIOS SIEMPRE LA ACOMPAÑÓ, AUN DESDE EL VIENTRE DE SU MADRE.

Por ello es que Dios la prepara y dispone para ser la madre de su Hijo Jesucristo, porque el Hijo de Dios que es Dios mismo no puede engendrarse ni nacer en donde no hay pureza ni virtud plena. Y ello es una muestra de que en la Fe cristiana Jesús no habita en quien no se ha purgado o purificado antes por medio de la Palabra y de los Sacramentos, por lo que no podemos experimentar el Cielo, la presencia de Dios, sin antes hacerlo.

Y es "bendita entre todas las mujeres" precisamente porque ninguna hasta ahora había estado tan "Llena de Gracia" como ella, preparada de antemano en santidad por el mismo Dios para recibir a su Hijo. Por ello en realidad María no tuvo pecado, y por ello no puede incluirse, aun siendo criatura, entre el resto del género humano que si nace afectado por el pecado original, lo que los hermanos separados niegan porque Pablo dijo que si por un hombre entró el pecado en el mundo todos pecaron, y María no estaría exenta de ello. María si fue preservada de ese pecado y nunca cometió pecado por la Gracia especial que la asistía, y por eso dice que es bendita entre todos los seres humanos. Nació sin el, vivió sin él.

Nosotros, como María, estamos predestinados desde siempre a ser santos por la Gracia que nos dispensa la Iglesia, para llevar a Cristo en nuestro corazón, en nuestro ser.

La Palabra engendra a Jesús en María y en nosotros:
Por haber recibido, como la Iglesia, una Palabra de parte de Dios, la que acepta ("Hágase en mí según tu palabra" Lc 1, 38) y la guarda y medita en su corazón.
Es la que después de recibida y aceptada la Palabra de Dios se engendra en María su Hijo Jesucristo, la "palabra hecha carne", y la entrega a los hombres, como hace la Iglesia.

La Iglesia como María es Madre y Maestra:
Así como la unión de Dios con los seres humanos que es Jesús se da en el ser o cuerpo de María, nuestra unión personal con Jesús, el nacer y vivir Jesús en nosotros para ser uno con El por nuestra conversión, sólo puede darse en el vientre espiritual que es la Iglesia.

Por eso la Iglesia, como Maria, es Madre. Así lo expresó Jesús de la Iglesia al decir: "¿Quiénes son mi madre y mis hermanos? Y mirando en torno a los que estaban sentados en corro, a su alrededor (la comunidad de creyentes, la Iglesia), dice: "Estos son mi madre y mis hermanos. Quien cumpla la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre", (Mc 3,33-35).


María y la Iglesia son intercesoras:
María por aceptar libremente la propuesta de Dios de ser la madre de su Hijo Jesús, por participar de su concepción en unión del Espíritu Santo, por dar su condición humana y recibir en ella la divina para que en la persona de Jesús vivieran esas dos condiciones, para que existiera, por eso María es intercesora. Si María no acepta ser la madre de Jesús cuando el enviado de Dios se lo propone, secillamente la salvación no se hubiera dado, por lo menos hasta que Dios hubiera preparado a otra mujer de sus mismas condiciones espirituales que quisiera hacerlo.

Al María permitir que en su ser se engendrara Jesús permitió que toda la vida y actos de Jesús sucedieran, incluso su muerte y resurrección, por la que fuimos salvados. Por ello estuvo al pie de su Cruz, aceptando la voluntad que Dios le había anunciado de que sería crucificado, a la que no se opuso nunca por obediencia a El. Por ello es legítimamente llamada intercesora pues Dios no quiso darnos la salvación solo, pudiendo hacerlo, sino que quiso que los seres humanos le colaboráramos en esa tarea, como lo hicieron todos los discípulos después de subir a los cielos Jesús. Por ello la Iglesia es también intercesora, como María, que es su imagen.

María después de recibir la Palabra del Ángel de parte de Dios, lo que nos sucede a cada uno de nosotros al recibir el bautismo y la predicación constante en nuestra Iglesia, se engendra y se desarrolla Jesús en ella durante su embarazo, como nos sucede a nosotros durante nuestra vida eclesial, hasta que en algún momento se da el nacimiento de Jesús en María, y en nosotros, como fruto de nuestra Fe (lo que sabremos por la manifestación visible de nuestro Espíritu Santo). María es la imagen viva de la Iglesia y de lo que ella por la Palabra viva de Jesús vivo y resucitado es capaz de lograr en nosotros los creyentes.


María lleva a los fieles a Cristo:
Es la que le dice a los hombres, como la Iglesia al comentar en cada Eucaristía lo que los Evangelios dicen, "hagan lo que Jesús les dice" (bodas de Canaán), invitando por medio del Evangelio a la conversión a todos los hombres, intercediendo para que Jesús pueda convertir nuestra agua de hombres viejos en el vino nuevo de nuestra conversión a Cristo (Jn 2, 6-7).

Por ello María es llamada con verdad por la Iglesia Abogada nuestra, pues intercede para que Jesús haga lo que necesitamos para nuestra conversión, AUNQUE JESUS NO LO TENGA DISPUESTO EN ESE MOMENTO PORQUE NO ES HORA AÚN. Por ello es lícito pedirle en nuestras oraciones (algunas de las cuales son bíblicas) para que interceda ante Jesús para que nos conceda lo que le pedimos, pues de la misma manera en que Jesús estaba reacio a hacer el milagro de la conversión del agua en vino ("¿que tienes conmigo mujer? aún no ha llegado mi hora") y María lo convenció de hacerlo, muchas veces por nuestros pecados Jesús puede no estar en la hora de concedernos un milagro o unos dones y necesitamos de María y de los demás santos para ayudarnos a convencerlo de que nos conceda lo que le pedimos, siempre y cuando convenga a nuestra salvación.


María es Madre de Dios en verdad:
María es la Madre de Dios en Jesús su único hijo. María no es la Madre de Dios en el Padre, sino de Jesús Dios Hijo, la tercera persona de la Santísima Trinidad que se encarnó entre los hombres, que se hizo humano como uno de nosotros. Por ello el título dado a María de "Madre de Dios" es legítimo, como lo expresó Isabel al ser visitada por María: "¿como es que la madre de mi Señor viene a mí?.

María fue, es y será siempre la madre de Jesús, pues ella se unió al Espíritu Santo para engendrarlo, y lo tuvo, salió de sus entrañas. Y Jesús ES SIEMPRE ESA ÚNICA PERSONA, DE LA QUE ELLA SIEMPRE HA SIDO y SERÁ SU MADRE, sin importar su condición interior.

Me explico con ejemplos: si cualquiera de nosotros tenemos una habilidad innata por ejemplo para adivinar el futuro o para jugar como nadie el ajedrez o el tenis ¿por eso dejaría de ser nuestra madre la que nos tuvo? A nadie se le ocurriría decir eso pues sería tonto afirmarlo. De la misma forma no podríamos decirlo de María con respecto a Jesús. Por el hecho de que sea Dios no quiere decir que María no sea siempre su Madre.

Si una mujer colombiana se casa con un alemán y tienen un hijo, siempre será la madre de un niño colombo-alemán que lleva ambas condiciones en su ser, en sus genes. No será madre solo de su parte colombiana porque ella solo es colombiana. Sería absurdo pensar así de cualquier madre-hijo y es absurdo pensar así de la relación Madre-Hijo de Jesús y María.

Por ello mismo, yo no puedo separar las condiciones interiores de Jesús para decir que María es solo Madre de Jesús como ser humano porque ella es solo humana, pero que de la otra parte -ser Dios- que forma parte integrante de la persona de Jesús, ella no es la Madre. Ella tuvo en el parto a Jesús que es hombre y Dios integralmente. No lo tuvo solo en una de las dos condiciones.

Si Jesús es una sola persona, por el hecho de que tenga una cualidad o condición extraordinaria, MARÍA SIEMPRE SERÁ LA MADRE DE ESA ÚNICA PERSONA QUE SIEMPRE ES JESÚS. Por el hecho de que Jesús sea A LA VEZ HOMBRE y DIOS, DOS CONDICIONES QUE SON "INSEPERABLES" EN EL pues NO ES QUE UNAS VECES SEA HOMBRE y OTRAS VECES SEA DIOS, o que la mitad derecha sea humana y la mitad izquierda sea divina, sino que en su ser como persona única tiene SIEMPRE ambas condiciones, María nunca deja ni dejará de ser su Madre.

Como en el ejemplo anterior, es como si la esposa colombiana que se casó con el alemán y tuvieron un hijo, entonces no era la madre de la mitad alemana de su hijo porque ella no era de esa nacionalidad. Es la madre de una persona íntegramente considerada una persona que es fruto de la unión de personas de diferente origen, pero ambos son los padres legítimos de esa única criatura, aunque tenga las dos condiciones.

Y Ella no tenía que ser Dios, como dicen los hermanos evangélicos, para engendrar a Dios pues quien aportó la calidad de Dios por el que Jesús es Dios, es el Espíritu Santo, que fue el esposo de María. Ninguna madre se convierte en Ingeniera Espacial, por ejemplo, solo porque su hijo se gradúe de Ingeniero Espacial. María no tenía que dejar de ser nunca criatura ni convertirse en Dios, ni ser Dios, para engendrar al Hijo de Dios. Solo debía unirse a Dios y eso fue lo que sucedió por elección e iniciativa de Dios.

Y la persona que resultó de ese encuentro entre una mujer y Dios, es siempre Dios y ella es siempre su Madre. Por ello legítimamente se le puede decir Madre de Dios.

El mismo Espíritu Santo también llamó "Madre de Dios" a la Virgen María cuando le dijo a José que tomara "al niño y a su madre" y les llevara a Egipto para salvar a Jesús de la persecución de Herodes (Mt 2, 13). Nótese que si el Espíritu llama a María "Madre" es porque quiere destacar de ella su función de "Madre de Dios", de Jesús, ya que le hubiera dicho "toma a tu esposa y al niño", mostrando con ello la maternidad sobre Jesús que es Dios, y queriendo destacar la virginidad perpetua de María al no mencionarla como esposa de José, que es signo del celibato de la Iglesia, de lo que hablaremos mas adelante.
Algunos grupos dicen que si María esperó 40 días para purificarse después del parto de Jesús antes de presentarlo al Templo, ello significa que no era pura y por eso se podría deducir que no era virgen. No es cierto pues toda mujer que había tenido un hijo se debía purificar del brote de sangre en el parto, no por sus relaciones sexuales ni por otra cosa. Nunca dejó de ser virgen.


María es bienaventurada, venerada y amada por su prima Isabel y por todas las generaciones de creyentes:
María recibe la admiración y veneración de su prima Isabel al verla llegar "¿Y como es que la madre de mi Señor viene a mí?".
Ella ya conoce el misterio que encierra María en su vientre pues les había sido inspirado por el Señor después de anunciarles que tendrían un hijo. Y ya llevaba más del sexto mes.
María también fue enterada que ya Isabel tenía 6 meses de embarazo y Juan estaba por nacer y por ello el Señor le inspira visitarla pues es ya mayor de edad.
Entonces Isabel no cree que la propia madre de Dios esté en su casa y por eso exclama llena de admiración y veneración por María: ¿y cómo es que la madre del Señor viene a mi? Como diciendo "no puedo creer (por la felicidad que le trae y por que es ¡¡¡"la madre del Señor"!!!) que ésto le esté pasando a ella".

En su Tratado sobre el Evangelio de San Lucas San Ambrosio, obispo de origen Gálata de la Diócesis de Milán hasta el año de su muerte en el 397, dice acerca de la Visitación: "¿De dónde a mí?, es decir, ¿qué felicidad me llega que la Madre de mi Señor viene a mí? Yo reconozco que no tengo nada que esto exija. ¿De dónde a mí?¿Por qué justicia, por qué acciones, por qué méritos? No son diligencias acostumbradas entre mujeres que la Madre de mi Señor venga a mí. Yo presiento el milagro, reconozco el misterio: la Madre del Señor está fecundada del Verbo, llena de Dios."

Si ésto no es física y pura veneración la que Isabel hace a María aún en su dimensión terrenal y familiar (nadie más negado a rendir admiración a otro que un familiar o los conocidos de infancia, lo que hizo exclamar a Jesús que "nadie es profeta en su tierra" después de visitar Nazaret su tierra natal y reencontrarse con sus paisanos y familiares) no sabría decirles qué otra cosa sería. Y es la que los creyentes, representados en Isabel y en el niño que salta de gozo en su vientre al escuchar su Palabra, debemos rendirle.

Por ello María exclama llena de gozo del Espíritu Santo: "todas las generaciones me felicitarán y me llamarán bienaventurada, porque el Poderoso ha hecho grandes cosas en mí". Lo que quiere decir que la Iglesia verdadera que Jesús fundó, representado cada fiel también en la prima de Isabel cuyo hijo en su vientre se estremece al escuchar la voz de María que viene del Espíritu Santo ¡¡¡debe venerar a Maria como Isabel lo hizo!!!, pues Isabel se convierte a su vez en ese episodio en figura del creyente que recibe de la Iglesia (de María, de quien lleva a Cristo en su interior) una palabra de salvación y por ello queda llena del Espíritu y salta de gozo el niño en su seno (se engendra y crece Cristo en su interior también).

La misma Biblia muestra que la Iglesia verdadera de Cristo ¡¡¡debe ser Mariana!!!. Y esa veneración que la Iglesia le prodiga a María hoy fue anunciada por la misma María, hablando el Espíritu Santo a través de ella (lo que quiere decir que es Palabra de Dios), al decir que todas las generaciones la felicitarán (saludarán con gozo) y la llamarán bienaventurada para siempre.


María no está por encima de Dios:
Y no es cierto como dicen muchos grupos que ponemos a María por encima de Jesús en nuestro culto si el centro de la Eucaristía es Cristo mismo que se encarna en las especies para que podamos comerlo e interiorizarlo. Simplemente los católicos le hacemos una veneración a María que es de Dios y bíblica por ser la legítima Madre del Señor, la única mujer en la historia de la humanidad que ha engendrado un Hijo de Dios, que se ha desposado con Dios, y que nos lleva a Jesús ya que ella fue la intercesora por excelencia para que la humanidad entera pudiera llegar a El y a su salvación.

Todas las generaciones de católicos saludamos y felicitamos a la Madre de Dios por haber sido escogida para que a través de ella llegara Jesús hasta nosotros. Ello es lo que hace la Iglesia con nosotros hoy, que por haber recibido antes una Palabra ya vive Jesús en su interior y trabaja para que nosotros, los que creemos en Jesús en la misma Iglesia, lo recibamos y viva en nosotros también.


María, Madre también de la Iglesia:
Jesús desde la Cruz le encomienda a María (y a la Iglesia) a sus hijos los creyentes (representados en Juan, el discípulo amado); y es a Juan (y a todos los creyentes) a quien Jesús les encomienda cuidarla y amarla (y a la Iglesia) como a una Madre.

Bajo la Cruz se rompe la maldición que nos llegó a través de Eva cuando le es dicho por Dios que parirá los hijos con dolor físico (Gn 3, 16). María, por voluntad de Jesús engendra, al serle entregado Juan como hijo, ya no con dolor físico sino espiritual, un hijo que es Juan y que representa a cada miembro de la Iglesia que sigue a Jesús hasta la Cruz, con lo que el pecado en su interior es vencido por su muerte, que es por lo que Dios dice enseguida a la serpiente: "Haré que haya enemistad entre ti (el demonio) y la mujer (María, imagen de la Iglesia), ENTRE TU DESCENDENCIA (el ateísmo, los divisionistas cristianos, el cientificismo, la razón, etc.) y LA SUYA (la Iglesia de todos los tiempos, los discípulos como Juan). Ella te pisará la cabeza (cuando el pecado es vencido en el creyente) mientras tú herirás su talón (las tentaciones y los pecados que sufren los miembros de la Iglesia)".

Y el título de Madre de la Iglesia dado a María por el mismo Jesús en el pasaje anterior es también legítimo pues Jesús y la Iglesia son un solo Cuerpo, un solo ser. Lo prueba el hecho de que después de Pablo perseguir a los miembros de la Iglesia, en el camino de Damasco Jesús le dice que es a El a quien persigue (Hch 9, 1-19), identificándose como una sola persona con su Iglesia. Y si Jesús es una sola persona con su Iglesia, pues María, por ser la Madre de Jesús que es una sola persona, un solo ser, es también la Madre de la Iglesia que hace y es parte del Cuerpo de su Hijo Jesucristo.


Jesús la llama "mujer" para identificarla con la anunciada en el Génesis:
Es para identificarla con la Mujer de la profecía del Génesis que Jesús muchas veces la llama Mujer y no Madre (como en las bodas de Canaán). Es decir, Jesús al llamarla Mujer no está siendo descortés ni indiferente ni la está despreciando como madre, y mucho menos desconociéndole su real título de Madre, sino que la está identificando (lo que es una exaltación para todos los tiempos, así de importante es) con la Mujer que las profecías del Génesis anunciaron.


María en misión:
Es la que guiada por el Espíritu Santo, como la Iglesia, va en misión en ayuda de los más necesitados (visita a su prima Isabel Lc 1, 39-59) para darles una Palabra de parte de Dios, por lo que salta de gozo Juan en el vientre de su madre Isabel al escuchar la voz de María. Cuando la Iglesia nos habla en su predicación y la creemos se mueve nuestro interior hacia la plenitud y la felicidad para que el Jesús que llevamos dentro desde nuestro bautismo crezca en nosotros y podamos convertirnos en otro Cristo engendrado por nuestra madre la Iglesia.


El celibato perpetuo de María:
Es la que es y ha sido célibe ("no la conoció hasta el nacimiento de Jesús", lo que no quiere decir que la conoció después), como lo es la Iglesia que vive por sugerencia o mandato del mismo Señor el celibato como condición de vida ("hay quienes se hacen eunucos a si mismos por el Reino de los Cielos")
Para más detalles acerca de la virginidad y el celibato de María, hacer click aquí.

MARÍA NOS MOSTRÓ CON SU VIDA QUE EN SU MATRIMONIO CUMPLIÓ CON TODOS SUS DEBERES DE ESPOSA y MADRE, PERO COMO LOS DEBE CUMPLIR UN CREYENTE VERDADERO, CON UNA SEXUALIDAD SOLO DIRIGIDA A LA PROCREACIÓN, PARA SERVIR DE EJEMPLO A LOS CREYENTES DE TODOS LOS TIEMPOS.

POR ELLO MARÍA LO QUE NOS MOSTRÓ CON SU VIRGINIDAD PERPETUA NO ES QUE EL SEXO CON SU ESPOSO FUERA MALO (lo que tampoco nunca ha dicho la Iglesia) SINO QUE EL SEXO SOLO DEBE DARSE EN EL MATRIMONIO y DEBE SER PRACTICADO SOLO PARA LA PROCREACIÓN y LA UNIDAD DE LA PAREJA.

SI MARÍA HABÍA DECIDIDO NO TENER HIJOS POR CONSAGRARSE A DIOS, NO TENÍA POR QUE TENER RELACIONES SEXUALES CON JOSÉ. Se nota que es una decisión ya tomada no solo porque se sorprende cuando le dice el Ángel que va a tener un hijo ("¿Y cómo es eso si no conozco varón?"), sino porque todas las mujeres de Israel esperaban ser escogidas por Dios como la Madre del Mesías porque desde 675 años antes había sido anunciado por el profeta Isaías (7, 4) que nacería de una Virgen: "HE AQUÍ QUE LA VIRGEN CONCEBIRÁ, y DARÁ A LUZ UN HIJO, y LLAMARÁ SU NOMBRE EMMANUEL" (todas imaginaban que debían ser vírgenes pero casarse porque Dios les ordenaría tener el hijo con su esposo).

Pero María tenía una razón principalísima para no tener relaciones sexuales con hombre alguno, y José para considerar no tenerlas con ella, y es la de que al ser María la esposa del Espíritu Santo, de Dios, ningún hombre de la cultura judía, que temía acercarse o ver a Dios, podría tocarla o acercarse a ella con esas intenciones.

Y MARÍA CON SU VIRGINIDAD y CON UN MATRIMONIO SIN RELACIONES SEXUALES, JUNTO CON SU ESPOSO JOSÉ QUE VIVE TAMBIÉN ESA CASTIDAD, ESTÁN REPRESENTANDO JUNTOS UNA FIGURA o IMAGEN DEL MISMO MISTERIO QUE VIVE CRISTO CON SU IGLESIA, QUE ES UNA RELACIÓN ESPONSAL CUYO ÚNICO FIN ES QUE NAZCA y CREZCA CRISTO (otra prueba teológica de que no tuvieron ni tendrían por que tener mas hijos y si fueron célibes siempre) EN EL CORAZÓN DE CADA UNO DE LOS MIEMBROS DE SU IGLESIA: "Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.", Ef 5, 25.


La planificación familiar artificial no es cristiana:
Por ello es que la planificación familiar artificial no es cristiana, por que elimina la posibilidad de procreación y solo busca y se queda con el placer, que es parte de la relación sexual cuando se busca la procreación, pero no es un fin en si mismo, que tengamos relaciones sexuales solo por placer, eliminando técnica o tecnológicamente la posibilidad de procreación.


María como Jesús eran religiosos:
María es la que cumple para ella y su familia todos los ritos, fiestas y sacramentos que Dios dispone para los fieles de su Iglesia (Circuncisión y presentación en el Templo de Jesús, Pascua, etc.) de la Tradición judía, y posteriormente los de la nueva Iglesia instituidos por su Hijo (Sacramentos, Pentecostés, etc.).


María como la Iglesia es obediente a Dios a pesar de las persecuciones:
La que obedece a Dios aunque haya sufrimientos o persecuciones ("una espada atravesará su corazón"). María no se opuso a que su único y amado Hijo cumpliera su misión aunque fuera crucificado. La Iglesia no cambia la Palabra que el Señor le transmite por medio del Espíritu Santo aunque eso le signifiquen ataques y persecuciones, como cuando predica contra el aborto, contra los anticonceptivos, contra la homosexualidad, a favor de mantener el celibato, por la indisolubilidad del matrimonio, contra los pecados particulares de alguna sociedad o grupo o persona, etc. Y no lo hace sino por amor, por llevar una Palabra de parte de Dios a los hombres que se encuentran esclavizados por el pecado, para tratar de salvarlos aunque sea incomprendida.

Es la que sigue a Jesús hasta la Cruz (hasta la obediencia plena al Padre por el Espiritu Santo), como lo ha hecho la Iglesia por su conversión. María y la Iglesia nos acompañan y nos consuelan cuando se acerca a nuestra vida la Cruz del sufrimiento por el dolor, la enfermedad, la falta de trabajo o de medios de una subsistencia digna, o la muerte. Pero principalmente cuando nos llega la Cruz de nuestra conversión interior para obedecer por siempre a nuestro Padre Dios. Quien vive en su interior la Cruz de su Hijo Jesucristo (la muerte de nuestro yo), al pie de la que estuvo María recibiendo a su hijo sacrificado, resucita Jesús en él y vive ya en el Cielo (aún viviendo en la Tierra) en obediencia al Padre. Ver http://lasverdadesreveladasenlabiblia.blogspot.com/2011/07/aaa-como-nos-lava-los-pecados-la-sangre.html

Por ello María estuvo junto a los Apóstoles en su conversión al recibir la manifestación visible del Espíritu Santo en Pentecostés, que es el inicio de la conversión de cada cristiano. Y esto es lo que hace la Iglesia, conducir y estar al lado de sus hijos los creyentes (ayudándoles con su predicación y oraciones) hasta que reciban la conversión por la manifestación visible del Espíritu Santo, hasta la resurrección plena y durante toda la vida del creyente.

María como la Iglesia es paciente:
María es la hija predilecta y elegida de Dios que supo esperar con paciencia y fe toda su vida a que las promesas hechas primero al pueblo de Israel de que sería enviado el Mesías y especialmente desde la visitación del Ángel (figura de la Iglesia también que habla en nombre de Dios), en medio de las alegrías y sufrimientos que la vida le traía, los dones y la bendición de Dios que solo conocería cuando se engendrara Jesús en ella y naciera el Salvador, hasta recibir los dones que su muerte y resurrección le traerían.

Lo mismo ha hecho la Iglesia que desde los apóstoles ha seguido a Jesús y ha esperado el cumplimiento de sus promesas hasta recibir la manifestación visible de su Espíritu, el Bautismo en Espíritu (Hch 1, 5) por el que vive en la resurrección de su Hijo.
Y lo mismo debemos hacer todos los hombres, esperar pacientemente aún en medio de los sinsabores que pueda traernos la vida y nuestras crisis de Fe, a que en nuestra vida y caminar en la Iglesia nos llegue la alegría de su resurrección y Jesús nazca y crezca en nosotros hasta su manifestación visible.
Cuando un católico(a) deja de ir a celebrar su Fe en la Iglesia o se retira de ella para irse a otras confesiones interrumpe el camino ya recorrido y la esperanza de que la resurrección de su Hijo Jesucristo se de en él(ella), interrumpiendo, aplazando o estropeando definitivamente el camino de su salvación.


María es fiel:
María es fiel a su esposo terrenal José y lo es también a su esposo celestial el Espíritu Santo, como la Iglesia es fiel a Cristo, que es su esposo en la Tierra: "Maridos, amen a sus esposas, como Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella, para santificarla. El la purificó con el bautismo del agua y la palabra, porque quiso para sí una Iglesia resplandeciente, sin mancha ni arruga y sin ningún defecto, sino santa e inmaculada"(Ef 5, 25-27). Por ello también el matrimonio debe ser único y para siempre.


María si subió y está en los Cielos:
Es la que, como la Iglesia que vive en presencia de Jesús resucitado, es ascendida al Cielo en Cuerpo y Alma, en donde fue coronada por su Hijo y permanece en permanente oración y preocupación por sus hijos los creyentes, como lo hace la Iglesia.

Hay quienes dicen que en ninguna Palabra de la Biblia aparece que la Virgen María haya sido elevada al Cielo. No es así. Si revisamos el Apocalipsis de Juan, capítulos 11 y 12, allí podremos leer en algunos de sus versículos:

"Se abrió el templo de Dios en el cielo y dentro de él se vio el arca de la alianza. Apareció entonces en el cielo una figura prodigiosa: una mujer envuelta por el sol, con la luna bajo sus pies y con una corona de doce estrellas en la cabeza. Estaba encinta y a punto de dar a luz y gemía con los dolores del parto".

Lo primero que reconoce Juan es que están en el Templo de Dios "en el cielo", y es en ese cielo en donde "se vió el arca de la alianza". Y enseguida describe a la "mujer vestida de sol con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas" que es María, la que Jesús llamaba Mujer y es identificada con la mujer anunciada en el Génesis. O sea que está en el cielo y reina con una corona de doce estrellas.
Y María es ella misma el Arca de la Alianza en donde residió Jesús, el Emmanuel, Dios con nosotros, a la manera de la presencia de Dios en el Arca antigua del Templo. María es la nueva Arca de la Nueva Alianza que lleva en su seno a su hijo Jesús: "La mujer dio a luz un hijo varón, destinado a gobernar todas las naciones con cetro de hierro; y su hijo fue llevado hasta Dios y hasta su trono", lo que no deja dudas de que se refiere a María. Y es ello lo que vive también la Iglesia, que es la "Mujer" en la que nace Cristo en nuestro interior por la Fe que en ella recibimos.

Si la Asunción de María no es contada en los Hechos de los Apóstoles es explicable porque sucedió después que Lucas lo escribiera y probablemente después que todos los apóstoles murieran pues María era más joven que ellos y prácticamente todos murieron martirizados. Y porque seguramente se fuera a vivir María con Juan a Asia, donde éste fue Obispo. Un dato a favor de lo que digo es que en ninguno de los escritos apostólicos tampoco se cuenta la muerte de María, lo que dada su importancia por ser la madre de Jesús, el Salvador de todos ellos y de toda la humanidad, sería inexplicable.


El demonio le hace la guerra a la Iglesia:
Y el hecho de que María reina en el cielo con una corona "de doce estrellas", es símbolo de los doce apóstoles que conforman la totalidad de la Iglesia de Cristo en la Tierra, lo que ratifica que ella es símbolo o figura bíblica de la Iglesia, la que sufre persecuciones por parte de los que no aman a Dios: "Después se detuvo (el Dragón) delante de la mujer que iba a dar a luz, para devorar a su hijo, en cuanto éste naciera".
Y agrega enseguida Juan "el Dragón, despechado contra la mujer, se fue a hacer la guerra al resto de sus hijos, los que guardan los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesús".
Dice claramente aquí que María si tiene otros hijos, los miembros de su Iglesia que somos los únicos que la reconocemos y amamos como Madre, y que somos los que en verdad guardamos los mandamientos de Dios y mantenemos el testimonio de Jesús, precisamente porque somos hijos menores de maría y hermanos de Jesús al convertirnos a él.

El Dragón es la lucha del demonio y del mal o de las fuerzas del mundo contra la Iglesia, los demás hijos de María y de Dios, que por ello es tan atacada por toda clase de enemigos, los evangélicos, muxhos ateos, los masones, algunos racionalistas, etc.
Y la lucha que libra la Iglesia contra el mal llega también al interior de cada persona, de cada fiel, al que la Iglesia quiere con su predicación rescatar y salvar, pero el que el demonio trata de ganar para si para que no se salve.


María como la Iglesia se refugia solo en Dios:
"Y la mujer huyó al desierto, a un lugar preparado por Dios" (recordemos que María había huído con José y Jesús a Egipto, al desierto, por petición que le hizo el Espíritu Santo a José, para proteger a Jesús de la matanza de los inocentes de Herodes) y recordemos también que el desierto es el lugar de la Tierra donde sólo se cuenta con Dios para vivir pues no hay nada más que pueda sostener la vida, que es lo que como María hace la Iglesia, que durante su paso por la Tierra sólo en Dios pone su confianza y su vida para luchar contra el mal en el mundo, al interior de cada creyente. Por ello "el desierto" es figura de nuestra vida de oración en el mundo.

Y la Iglesia triunfará, como María lo hizo al darnos a Jesús, sobre el mal en cada creyente: "Entonces oí en el cielo una voz poderosa, que decía: “Ha sonado la hora de la victoria de nuestro Dios, de su dominio y de su reinado, y del poder de su Mesías”.


María no es "la reina de los cielos" del Antiguo Testamento:
Hay quienes dicen, no sin mala intención como lo probaré, que en Jer, 7, 16, cuando se refiere Dios a la adoración de alguien a quien llama "la reina de los cielos", se está refiriendo a María la madre de Jesús. Eso no tiene asidero en la realidad. Allí se está refiriendo A LA DIOSA ASTARTÉ, QUE ERA CONSIDERADA LA DIOSA DE LA FECUNDIDAD EN LA MITOLOGÍA MESOPOTÁMICA, A QUIEN SE IDENTIFICABA CON EL PLANETA VENUS, y CUYO NOMBRE ERA USADO, JUNTO CON EL DE BAAL, COMO TERMINOS QUE IDENTIFICABAN A TODOS LOS DIOSES FALSOS (por ello decían "adoran a baales y astartés", lee Jueces 10, 10; 1Samuel 7,4), POR LO QUE ERAN CONSIDERADOS EL REY y LA REINA DE LOS "CIELOS", DE LOS DIOSES FALSOS.
¿Como se podría concluir que allí Jeremías se esté refiriendo a María la madre de Jesús si el profeta vivió y recibió estas palabras del Señor CERCA DEL AÑO 600 a.C., CUANDO MARÍA NO TENÍA VISOS DE EXISTIR, por lo que nunca se le podía venerar en el Antiguo Testamento ni se le podían hacer tortas 600 años antes de existir?. Ese es otro absurdo de interpretación privada o personal de la Biblia, sacándola de todo su real contexto histórico y religioso de la época que describe.


María no es la diosa mitológica egipcia Semiramis ni Astarté:
Lo mismo sucede cuando dicen que la Iglesia copió esa creencia en María de la diosa Babilónica Semiramis, a la que representaban con un niño en brazos. ¿Que tiene que ver un mito o creencia en una persona irreal de la antiguedad con UNA PERSONA REAL que aparece en la Biblia y QUE FUE LA MADRE DEL HIJO DE DIOS VIVO?
Sería lo mismo que decir que Dios no existe ni ha enviado a su Hijo Jesucristo, o que su culto no es válido o que los cristianos lo copiamos porque antes en la mitología griega había un mito acerca de un dios omnipotente llamado Zeus y su hijo Apolo. Hay que ser sensatos y saber distinguir lo verdadero de lo falso.
Si el culto a María de la Iglesia fuera falso porque había diosas mitológicas antiguas parecidas a ella, todo el cristianismo y el culto al Padre sería falso porque había cientos de dioses mitológicos parecidos con hijos que se hacían hombres.


Las personas o grupos que dicen eso es PORQUE SACAN DE SU CONTEXTO REAL LAS ESCRITURAS (por eso son sectarios, pues toman solo sectores de los textos)sin profundizar en ellos, en su contexto histórico, gramatical, religioso, etc.


LAS APARICIONES DE MARÍA
Y el Cielo confirma la Fe y la veneración a María por parte de la Iglesia. Es Ella quien se ha aparecido a los fieles de la Iglesia en múltiples ocasiones.

En Guadalupe en 1.531 para reinvindicar y mostrar su amor a la raza indígena en la persona del indio Juan Diego, cuyo pueblo en toda América estaba aún viviendo los atropellos de los conquistadores y su diezmación por las enfermedades.
En la especie de ruana hecha de fibra de maguey que lleva puesta Juan Diego y que es usada para contener y llevarle las flores al Obispo que le dijo la virgen María que recogiera del cerro Tepeyac, se graba la imagen de la virgen María (que se ha probado que no está adherida la imagen a la tela sino que flota sobre ella sin tocarla), la cual debía durar cerca de 20 años cuando mucho y que sobrevive intacta hasta hoy sin consumirse, cerca de 500 años despúes, como testimonio de lo verdadero y milagroso del suceso.

En Lourdes en 1.858 nuevamente se apareció a una casi analfabeta niña de 14 años llamada Bernardette Soubirous. Nuevamente la virgen le pide que vaya donde el párroco y le diga que debe construir allí un santuario o capilla. Y se le identifica a Bernardette como "la Inmaculada Concepción", nombre que confirmaba el dogma que había sido proclamado sólo tres años antes por el Papa Pío IX.
El 25 de febrero María le pide a Bernadette que descubra la fuente de agua que permanece hasta hoy en la que se han dado muchos milagros de curaciones de enfermos terminales documentados científicamente.
El mismo milagro de la incorrupción del cuerpo de Bernardette después de más de 130 años de su muerte, cuerpo que se encuentra "en su capilla de su convento en Nevers, Francia, dentro de un féretro de cristal donde parece estar dormida", son testimonio de la veracidad de la aparición y que quien ha tenido contacto especial con María, la Inmaculada Madre de Jesús, por la Gracia de su Hijo, no experimentará tampoco la corrupción (Ver http://www.corazones.org/santos/santos_temas/incorruptos.htm).

Es importante anotar que en una de las apariciones la Virgen María le dice a Bernardette “No le prometo hacerla feliz en este mundo, sino en el otro”. Eso quiere decir que la virgen directamente, con la autoridad que le viene de Cristo, promete y se hace responsable de la felicidad que sabe que puede otorgar a Bernardette en el Cielo. Se sabe un instrumento autorizado de Dios para actuar en el Cielo y en la Tierra. Y así mismo lo mostraron Moisés y Elías quienes se aparecieron a los apóstoles y estuvieron con Jesús en su Transfiguración y demostraron estar enterados de los asuntos terrenales pues hablaban con Jesús de su próxima crucifixión.

La aparición de María en Fátima en 1.917 a los tres pastorcitos es otra muestra de que la veneración a la Virgen María es legítima. No solo lo testimoniaron los videntes sino los cerca de 70 mil testigos del ya legendario milagro del Sol, entre los que se encontraban muchos ateos, gnósticos, personalidades reconocidas como periodistas y algunas de las autoridades del municipio como su alcalde.

Este evento de la aparición en Fátima y el milagro del Sol tiene otra connotación y significado especial pues se da en el momento de la aparición del comunismo o socialismo ateo en Rusia y la URSS por la revolución bolchevique y la persecución que la Iglesia sufre por parte de estos estados. Por ello pide la consagración de Rusia a su Sagrado Corazón. Esta aparición ha visto la Iglesia que es la que anuncia Juan en el Apocalipsis, la que ya citamos arriba. La Virgen María, figura de la Iglesia, es la mujer vestida de Sol y el Dragón Rojo (color del comunismo y socialismo) es Rusia. Y en su Hijo se ha identificado al Papa Juan Pablo II quien es reconocido por todos que incidió de manera importante en la caída del comunismo en ésta parte del mundo. Y por ello el intento de asesinato que sufrió que es reconocido también que vino del bloque de países del Este vía Hungría, y cuyo fracaso y la salvación de su vida atribuyó el Papa a la misma Virgen María, a quien encomendó su Papado con el lema "Totus tuus", "Todo tuyo", en su escudo papal.


También la Ciencia ha verificado la legitimidad de muchas apariciones de María. El Dr. Ricardo Castañón Gómez, científico mexicano ex-ateo, quien recorre el mundo con recursos propios, ha comprobado por medios técnicos y científicos varias apariciones de María y Jesús. Ver video en 9 partes de la conferencia en donde las explica y muestra las pruebas recogidas: http://www.youtube.com/watch?v=HBtJmGgm9Fw.

Nuevamente el Cielo y María confirman la legitimidad de la Fe de la Iglesia Católica.


Así, podemos concluir que quien no venera a María como la Madre de Dios y como la imagen de la Iglesia y de cada creyente, no llega a vivir el Misterio de la Fe que ella representa. No pueden experimentar la conversión. No es casualidad que las confesiones que no creen en María tampoco quieren a la Iglesia, de la que es imagen.

La Iglesia y María, en unión con Jesús, son uno solo. Incluso cuando se les pide en oración por ejemplo la conversión personal propia o de un tercero, a Jesús o a María, esas plegarias el Señor las responde generalmente a través de la Iglesia, la que predica a los fieles incluidos en la petición, cuando se acercan a la Eucaristía, lo necesario para acercarlos a la conversión, como fue pedido en la oración.